lunes, 3 de agosto de 2015

Abriendo nuevos caminos

Cuando el camino se cierra,
hay que abrir nuevos caminos.


Falta la bolsa de aseo. Creo que ya tengo ropa necesaria para la primera semana. ¿Para qué más? Allí ya compraré lo que necesite, no tiene sentido ir cargado. Si fuera para quince días… ¡Pero serán dos años! O más.

Mañana he de afeitarme, así que la bolsa de aseo la echaré mañana. He puesto todo: desodorante, maquinillas, jabón, brocha, masaje, peine, colonia, cepillo de dientes, pasta… Creo que no falta nada.
Allí ahora es como aquí en febrero. Me llevo siete yerseis, uno por día.

¿Me pasará esta noche igual que al de “El camino”? Ese libro me lo recomendó mi mujer cuando hicimos el parque eólico de Monzón de Campos. Dormíamos en Palencia. Ella lo había leído en el instituto. Yo era la primera vez que salía para tanto tiempo. Venía a casa todos los fines de semana. 

Me perdí ver crecer a Juan.

Creo que ya me está pasando… Estoy recordando como el del libro. Pero esta vez es distinto. Desde Chile no se puede venir todos los fines de semana.

Dejo aquí mi vida. Dejo mi familia. Llanos no ha pasado el primer corte de los maestros, pero era la primera vez que se presentaba. Es fuerte. Sé que lo conseguirá. Si no me voy ella tendrá que coger el primer trabajo que le llegue, estamos al límite. El del banco ya me llamó ayer: “Debes tres meses, paga antes del cuarto o la cosa se complicará”.

Juan empieza el bachiller, en dos años la carrera. Si no me voy… ¿Podría estudiar medicina? Tiene la ilusión de ser médico y su padre va a hacer todo lo posible por que lo sea.

Al fin y al cabo voy a llevar la vida de mi mujer cuando estudiaba. Estando en la laboral de Cáceres sólo podía venir en Navidad, Semana Santa y verano. Yo vendré también cada tres meses. ¿Ella lo soportará?

Hablaremos por internet todos los días. Pero el cariño lo da el roce. Dos años es mucho tiempo. ¿Qué ocurrirá dentro de dos años?

“Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”

Quedarme aquí es consumirme viendo como las deudas nos comen. Irme es salvar el mundo de mis hijos aunque sea a costa de cambiar radicalmente la relación con ella. Es un salto a vacio para los dos. Pero debemos tener fuerza y confianza el uno en el otro.

Poco voy a dormir yo esta noche…

Hemos de salir a las 7, el vuelo sale a las 12 y hay que estar dos horas antes. Después 14 horas en el avión. Cuando lleguemos allí será ya de noche, sobre las ocho de la noche. Aquí las cuatro de la mañana.

Mi primera vuelta en Navidad. ¡A casa por Navidad! Aun no me he ido y ya quiero volver.


¿Qué me encontraré cuando vuelva dentro de dos años?