Ser incapaz de parar,
a despecho de promesas
hechas y decisiones tomadas.
Me lo he prometido. He de cumplir mi propósito.
Hoy no.
Si hoy lo consigo, mañana me será más fácil no hacerlo.
Me hace daño. Lo sé. Lo siento. Lo noto.
Me he decepcionado demasiadas veces. Demasiadas veces me he
dicho: “Hoy se termina, es la última vez”. Demasiadas veces he vuelto a caer.
Pero hoy voy a resistir.
Hoy será el primer sábado, desde hace mucho tiempo, que saldré sin ella.
Me queda una hora para salir. Hoy voy a salir sin ti.
No necesito ese cosquilleo en la nariz para sentirme bien.
No te necesito.
Mañana sentiría el blanco frío de tu ausencia.
No necesito pensar mejor. No te necesito.
Mañana estaría confuso sin ti.
No te necesito para bailar y aguantar toda la noche. No te
necesito.
Mañana aparecería el agotamiento de tu ausencia.
Hoy no.
Ni hoy, ni mañana, ni nunca.
¡No!
No te necesito para pasarlo bien. Voy a salir sin ti.
Eres una mala compañía, mañana sentiré que me has usado y me
has tirado.
No necesito la confianza que haces sentir en mí. No necesito
tu seguridad.
Yo ya tengo confianza y seguridad sin ti.
¿O no?
¿O la tengo por ti?
¡No!
¡No!
¡No!
¡Hoy no!
Hoy voy a vencer yo…
Has podido conmigo poco a poco. Pero yo voy a poder contigo
hoy.
No necesito picarte antes de salir. Puedo salir sin más.
¡No!
No necesito oír la tarjeta piqueteando en la pantalla del
móvil esperando tus efectos una vez te aspire.
Hoy no…
No…
Hoy no…
No, no, no… Por favor… Queda menos de una hora…
Si me doy un pase, cuando salga estaré a tope…
Pero hoy no…
Y si no te tomo, ¿aguantaré?
No sé…
No, por favor, aguanta…
¿Y si me hago media raya?
Si me hago media raya será como si no hubiésemos perdido
ninguno de los dos.
Media raya también es vencer…
Pero, eso sí, será la última vez.
¡Esta es la última!