viernes, 24 de agosto de 2018

Este come come

Hay hechos que como las hemorroides,
 se sufren en silencio.


Este come come, este come come…

Y sin poder contárselo a nadie.

Claro, ¿que a quien se lo voy a contar? ¡A una hija se la protege como sea!

Y lo sufro. Claro que lo sufro.

No me pasa otra cosa más que esto. Que tengo algo en el estómago, que tengo algo en el estómago… ¡Claro que tengo algo! ¿Qué voy a tener? Este come come…

Si se veía venir, si se veía venir…

Tanto ir a Termalia

“¡Esto es mi vida!” me decía. ¡Esto es mi vida! Y claro que era su vida…

Cada dos años uno nuevo. No le ha durado ninguno más de dos años, no había terminado con uno cuando ya tenía otro. Termalia, Termalia… A  todos los ha despachado a los dos años, menos a éste, menos a éste y al otro Juan aguantas.

¡Vaya come come! Vaya come come…

Si ya me extrañaba a mí, si ya me extrañaba a mí…

No llevaba dos años con él y dice que se casa. ¡Menos de dos años y que se casa! Si a los dos años los despachaba... ¡Y se casa! Si se veía venir...

Todos los que ha tenido han sido buenos chicos. ¡Todos! Mira el Juan aguantas...  Permitir que se acostara con otros en sus narices… Viviendo juntos, sin casarse, manteniéndola y aguantando que le pongan los cuernos en su cama…

El pobre estaba enfermo y ella decía que tenía que vivir su juventud… Cuatro años con él y no sé con cuantos estuvo…

“Yo soy así, si quiere me aguanta y si no ¡puerta!” Si no puerta, si no puerta…

Puerta le dieron y puerta le han dado, puerta le han dado… ¡Embarazada y ahí te quedas!

“Me quedé embarazada para salvar mi matrimonio” Para salvar su matrimonio, para salvar su matrimonio… ¡El matrimonio se salva respetando a tu marido!

Claro, en cuanto él se dio cuenta de que no era por tener miedo por la noche.... "Cuando él duerme fuera me da miedo quedarme sola por la noche. Menos mal que Ana se viene a casa a dormir." Miedo, miedo...  Llamaba a la vecina cuando él se iba de viaje para acosarte con ella… Claro, en cuanto él se dio cuenta de lo que pasaba... ¡Puerta, puerta puerta…!

¡No ha salvado el matrimonio ni el embarazo!

Vaya come come, este come come…

¿Y a quién le cuento lo que sé? ¿A quién? He de protegerla... ¡Que no hará una madre por su hija! No ha de saberse por mí.

Este come come, este come come…

Lo tengo que sufrir en silencio, en silencio…

Como las hemorroides, tengo que sufrirlo en silencio. 

Y que tengo algo en el estómago... ¡Este come come que me come por dentro!

Este come come, vaya come come…




sábado, 18 de agosto de 2018

Humanos


¿Cuántos se lo preguntan?:
¿Qué hay ahí afuera?


Ese es Marte. Un poco más a la derecha está Saturno, difícil de ver ya que su luminosidad es baja. Y casi al oeste hoy la Luna acompaña a Júpiter, ella encima de él, a pocos grados.

Son nuestros vecinos más cercanos. Ellos, Venus y el Sol, solo que a las once y media éstos no se ven.

¿Verán todos los humanos lo mismo que yo? ¿Se harán las mismas preguntas?

¿Qué hay más allá?

Un perro o un gato no se preguntan estas cosas.

¿Un cromañón se haría estas preguntas? ¿O hace cuarenta mil años teníamos la misma conciencia que un perro o un gato?

Un perro o un gato se preocupa de él mismo. De comer. De beber. De cagar. De salir a estirar las patas… ¿Tendrán conciencia del resto de perros y gatos? No. Está claro que solo conocen a los de su entorno. No saben de la existencia de perros y gatos más allá de su zona de paseo.

En eso el cromañón se parecía a los perros y gatos de hoy en día: no sabía de la existencia de otros cromañones más allá de su zona de caza.

¿Y de qué se preocupaba el cromañón? Está claro: ¡de vivir!

Los cromañones, excepto aquellos friquis que se dedicaron a pintarrajear paredes de cuevas, solo se preocupaban por satisfacer sus necesidades básicas. El mirar a estas estrellas que danzan en el cielo (Júpiter, Marte, Saturno…) solo miraban los curanderos, iniciados, brujos, hechiceros… ¿Se preguntarían ellos qué hay más allá?

¿Y mis contemporáneos? ¿Se preguntarán qué hay más allá? ¿O serán como los perros y los gatos?

Miro a mi alrededor y veo humanos afanándose en  trabajar para vivir, sin que parezca preocuparles otra cosa que no sea comer, beber, pagar la hipoteca, tener sexo con quien se deje, divertirse un poco... Otros además rezuman ansias de poder y de poseer. Eso sí, tienen conciencia de que existen el resto de humanos que poblamos este planeta.

Pero... ¿Se preguntan quienes somos, a dónde vamos, de dónde venimos, estamos solos en la galaxia...? Los Inhumanos se lo preguntaban...

Y ahí están… Marte, Saturno, Luna y Júpiter. Existen, como existe el resto del Universo, pero, ¿cuántos nos hacemos la pregunta de qué hay más allá? ¿Cantos tenemos afán por saber?

El afán por saber brilla por su ausencia, como Venus y el Sol a esta hora.

Entonces, ¿en qué nos diferenciamos de los perros y los gatos?

¿En qué?

Al menos unos pocos se afanan en buscar planetas situados en las llamadas “zonas habitables” de las estrellas. Buscan vida inteligente. Y lo hacen enfocando a los cúmulos de estrellas, con la idea de que a más estrellas más posibilidades de que haya planetas habitables habrá

Muy pocos se están dando cuenta de que la vida inteligente, por su dificultad para desarrollarse, necesita de entornos estables, por lo que los cúmulos de estrellas, por muchas estrellas que tengan, son lo menos indicados por los tirones gravitacionales que existen entre ellas, que desestabilizaría cualquier planeta que las orbitara e impediría la necesaria estabilidad durante millones de años para que la vida se desarrolle.

Si existe vida inteligente ahí afuera será en un planeta orbitando una estrella separada al menos tres años luz (o 10 parsec) de la estrella más cercana y que haya pocas estrellas en su entorno. Confío en que rectifiquen y cambien los planes de búsqueda...

¿Habrá otros planetas con vida?

¿Un perro o un gato se harán esta pregunta? No... Solo satisfacen sus instintos.

¿Cuántos humanos se hacen esta pregunta? ¿O solo satisfacen sus instintos?

Y mira la belleza del cielo nocturno….

Está claro. Nos queda mucho camino.

“He andado muchos caminos, he abierto muchas veredas”.

Si los humanos resulta que somos como los perros y gatos es triste. Y, sí, parece que lo somos. Solo pensamos en ser hoy más que el vecino, en satisfacer nuestros instintos (sexuales en su mayoría), en vivir hoy y mañana Dios dirá…

“Son buenas gentes que viven, laboran, pasan y sueñan, y en un día como tantos, descansan bajo la tierra.”

Lo decía Machado, Antonio Machado.

El día en que nos preocupemos y nos preguntemos, todos, que hay ahí afuera, sin que nuestras necesidades básicas centren el cien por cien de nuestra atención,  ese día, ese grandioso día, será el principio de nuestra existencia real, el principio de la conciencia de existir.

Hoy no somos conscientes de que existimos.

Hoy, un altísimo porcentaje de seres humanos no son conscientes de lo que son y mucho menos lo  que pueden ser. “…laboran, pasan y sueñan, y en un día como tantos, descansan bajo la tierra”.

¡Qué pena!

Y Marte, Saturno, Júpiter y la Luna están ahí. Como también lo están otros planetas y estrellas que pudieran albergar a seres que se hagan la misma pregunta: ¿Qué hay ahí afuera?