Cuando se han tenido
tantos hijos,
la primera nieta
solo es una más.
¡Pues no está poco preocupado! ¿Siendo primeriza que
esperaba? Si hubiese parido ya once veces como la mía no se le hubiese
atascado…
¡Que tiene la cabeza deformada! ¡Puñetas! ¡Si se muere otra
harán!
Esta tarde cuando diga esta iremos a verlas, ahora hace
mucho calor. La Mari se ha ido con él a conocerla, se va a llevar seis años y
medio años con su sobrina, la verá como una muñeca, se le nota la ilusión.
¡Anda que…! Si tenía los ojos arrasados de agua...
No entiendo su preocupación, a mí se me murieron siete… Esta paría y si lo que naciera era fuerte salía y si se moría pues hacíamos otro.
¡Qué tontería preocuparse!
¡Vaya calor hace hoy!
Si hubiera hecho este calor hace quince días ahora ya
estaríamos segando. Este año va la siega retrasada, otros años por San Pedro ya
llevamos diez días de siega, y San Pedro es mañana... No sé si las bombas
nucleares esas que están explotando en América tendrán que ver con este
retraso.
Claro, que si llegamos a estar de siega lo mismo se mueren
las dos, la madre y la chica. Mi hijo se tendría que haber ido antes de salir
el sol a la siega y su mujer se habría quedado sola. Dice que él ha estado
pendiente de la partera y del médico.
Aunque si no es por la partera nace muerta. Y se estraña…
¿Qué esperaba? Los médicos no valen para los partos. Los hombres no están
hechos para ayudar a parir, eso es cosa de las mujeres.
Que les ha dicho el médico esta mañana que aún no había
empezado el parto… ¡Que sabrá este médico de partos!
Voy a echarme un celtas. A ver si me dejan fumármelo
tranquilo todos estos, ojalá se hubiesen casado ya todos, pero solo se ha
casado el mayor... Como venga alguno: “¡Morral! ¡Ya te estás yendo!”
Yo no me acuerdo de mis abuelos, mis padres eran ya mayores
cuando me tuvieron. Claro, que eran otros tiempos…
Ahora dos viudos con hijos no se casarían. Y con su edad… No
les dio tiempo más que para tenerme a mí. Siendo los demás hijos ya muy
mayores, dicen que cuando nací yo era el juguete de todos, “mi marquesillo”
dicen que me llamaba mi madre, por eso mi mote.
Yo fui fuerte y salí. Si la nieta es fuerte saldrá y si no
pues a por otro.
No le he preguntado cómo se va a llamar, aunque lo mismo ni
la bautizan, según me ha dicho que está lo mismo no llega a mañana.
Esta tarde iremos a verlas. Ya se habrán recuperado un poco.
Casi cincuenta y un años y abuelo… ¿Nietos para qué? Para sus padres.