sábado, 7 de septiembre de 2019

Un crucero llamado Soledad


Un gentío a tu alrededor
no implica compañía.


Cuatro metros. Calculo que tiene cuatro metros cuadrados...

Estoy en cuatro metros acompañada de la soledad.

Nunca imaginé que trabajar de primera voz en el show de un barco pudiera hacerme sentir tan sola.

¿Cuantas personas viajarán conmigo? ¿Cuatro mil? ¿Cinco mil? 

Y los únicos seres a los que siento cerca son esos que vuelan acompañando al barco. Blancos...

Blancos por la luz que reflejan del crucero. No son todos iguales... Unos parecen gaviotas. Otros murciélagos... Pero son todos blancos... Parecen ángeles que vinieran a acompañarme… A buscarme...

Soledad...

Yo en los cuatro metros cuadrados del balcón del camarote, esos seres volando paralelos al barco y la tormenta en tierra a lo lejos. Soledad.

Siento deseos de volar con ellos y ser uno más... Un ser más... Un rayo más...

Sentiría la sensación de liberación por no más de dos segundos, los que tardaría en caer al mar. Sentiría el impacto... El frescor del agua... Esa sensación... Me convertiría en un ser más del mar... De la mar. Pero por poco tiempo... Las aguas y sus remolinos me engullirían y en pocos segundos acabarían con mi consciencia... Acabarían con mi soledad...

Y siguen ahí... siguen volando en paralelo al barco...

Y sigue mi soledad...

Y sigue la animación en el barco. Una animación distinta en cada ambiente. Esta noche he pasado por todos buscando un imposible: compañía.

¡Sentirse acompañada en un crucero!

Los pasajeros alegres bailando al ritmo que marcan los animadores. Todos con el mismo ritmo, el mismo paso. Ritmo embotellado, artificial... Como mi sonrisa...

He pasado por todos los bares. Distintos ambientes. Distintas personas. La misma sensación: soledad.

Ya se oyen los truenos de la tormenta, parece que nos acercamos... Parece que supiera de mi lamento y con su voz sorda convertida en trueno viniera a consolarme.

Solo siento soledad...

Soledad...

Tantas cosas vienen a mi mente... Tantos universos paralelos en los que no estoy yo y puede que mis otros yoes no sientan esta soledad y sientan el disfrute de la vida...

Soledad...

Siguen volando en paralelo al barco cuán luciérnagas... La luz del crucero se refleja en sus blancos cuerpos mientras vuelan…

La tormenta a lo lejos... Cada vez se oyen más los truenos...

Yo en mi  balcón con mi soledad...

Soledad.