viernes, 25 de diciembre de 2020

Feliz Navidad 2020

 En está nada normal

Nueva normalidad 

Os deseo de corazón 

¡Feliz Navidad! 

Brindad con copas nuevas 

Para atraer el bienestar 

Ya que esta Noche Buena 

Solo lo bueno vamos a recordar. 

Llamad a vuestros familiares, 

Aunque eso os haga llorar, 

Porque las lágrimas de amor 

Solo son por felicidad. 

No olvidéis los villancicos, 

Abrid las ventanas para cantar, 

Que las estrellas y la Luna sepan 

Que nada nos va a parar. 

¡Feliz Navidad!






jueves, 24 de diciembre de 2020

Un blanco cisne

 

El amor…

Esa poderosa medicina.

 

¿Hechizada? ¿Estaré hechizada?

Desde hace años no siento ser la misma que era.

¿Será mal de ojo? ¿Será un embrujo? ¿Serán las hormonas?

No sé que puede ser, pero no soy yo.

Me siento como Odette en su lago. Recobro mi verdadero ser a ratos. En otros momentos no soy yo, aunque siga siéndolo.

Como Odette…

Y a estas horas es cuando peor me siento, al acostarme me invade el desasosiego.

Odette durante el día era un cisne blanco. De noche regresaba a su lago y con su forma humana recobrada lloraba su desdicha. Su lago era un lago de lágrimas. La mías empapan mi almohada. Yo también lloro de noche…

En ambas formas era ella, pero no era ella en ninguna de las formas.

¡Pero Odette lo consiguió!

¡Ella consiguió librarse del embrujo de Von Rothbart! Se libró del embrujo que sin motivo el malvado nigromante le lanzó.

El príncipe de corazón puro y enamorado sinceramente de ella le ayudó a superarlo. El amor es la medicina para estos males no catalogados como tales. Por mí sé que luchan mi príncipe y mis retoños.

¡Y yo! ¡Yo lucho, peleo, combato contra esta pesadilla que hace que me transformarme y que me está afectando físicamente!

Me convierto en algo más odioso que un cisne…

Mi piel se cae…

¿Seré un lagarto?

A veces lo parezco…

Pero esa no soy yo.

¡Yo sé quién soy!

¡Soy un cisne blanco que está teniendo una pesadilla!

Y este cisne va a batir sus alas para alejar esta zozobra, este embrujo, este hechizo del malvado brujo que no me deja vivir.

Mi príncipe cargará su ballesta. Apuntaremos juntos al negro corazón del oscuro hechicero. El disparará. Yo batiré mis las alas blancas para acelerar la flecha que hiera de muerte a este doloroso sufrimiento. Acabaremos con él en una noche de luna llena. 

Pronto, muy pronto, los dos nos fundiremos en un abrazo de amor sincero del que emanará una luz blanca y brillante que absorberá la oscuridad emocional que me rodea y cicatrizará las heridas de mis reales pies. Reales por que soy una princesa encantada.

El final de la pesadilla está cerca. Lo sé. Mi corazón me lo susurra, esta noche siento que me arrulla consolándome con su adagio de suaves latidos, me anima a seguir batiendo mis alas blancas, a no rendirme, a aliarme con mi príncipe para acabar con este sufrimiento.

Esta noche no lloraré. 

Me adormila esta sensación de esperanza, de paz próxima, del amor que espero de mi benefactor…

Hoy conciliaré mejor el sueño...

Al amanecer el sol me traerá su luz, fundirá esta oscuridad y el sufrimiento se evaporará como se evapora la niebla nocturna para dejarnos ver el radiante sol.

El brillo del amor me salvará.

Despertaré siendo libre...




domingo, 13 de diciembre de 2020

Fetichismo en la peluquería

 

Un deseo irrefrenable.

Un castigo seguro.

 

Ahí está… Desde aquí se ve perfectamente la puerta de la peluquería y ellas no me pueden ver. Esta celosía con rosales me sirve de parapeto.

¿Cuánta gente habrá?

Hoy es jueves. Es el día que menos gente tienen.

¿Voy?

La última vez ya me dijeron que si no usaban champú no podían lavarme la cabeza.

Pero si usan champú me castigará mi hermana… Me huele cuando llego a casa y si la cabeza me huele a champú me pega…

¡Y yo no quiero que me pegue!

¡Yo soy mayor que ella y no me tiene que pegar! ¡Lleva más de veinte años pegándome! Desde que murió mamá y me tuve que ir a vivir con ella. Yo tenía treinta y cinco años... Pobre mamá… Era tan joven…

¡No quiero que me pegue! ¡Es mala!

Pero notar cómo cae el agua, cómo me tocan la cabeza…

Protegido por la capa negra…

Tocarme mientras ellas me lavan…

Acariciarme disimuladamente…

¡Necesito hacerlo otra vez!

Estas chicas son las únicas que no me gritan. En las otras peluquerías si paso me gritan y me echan a la calle. Pero estas chicas no, estas son muy amables, solo que no quieren lavarme sin champú y si me lavan con champú mi hermana me pega…

¡Pero lo necesito!

¿Y si me lavan con champú y yo  después me froto el pelo con hojas y me lavo en la fuente para quitar el olor?

Solo de pensarlo estoy notando la excitación… Uf…

El agua calentita…

Las manos lavando mi pelo…

La capa negra por encima…

Empezar yo a rozarme con la mano ahí, para ir cada vez a más…

Uf…

Además, estas chicas me dejan llevarme la capa. Como la mancho me la llevo y la tiro, ellas no me discuten. Con la capa puesta consigo que no se me manche la ropa. Si me mancho la camisa o los pantalones y mi hermana lo descubre ella me pega. ¡Hermana mala!

Estas chicas me dejan llevármela…

Son la únicas que no me gritan…

¿Me lavarán sin champú?

Son muy amables y hoy no tienen mucha gente….

Lo necesito…

¿Voy? 

¡Tengo que ir!

¡Voy!

Agua calentita….

Las manos en mi pelo…

La capa negra por encima…

¡Placer…!