Cuando
alguien abandona su tierra
intenta
llevarse sus raíces.
Diario
de Ahmad. 23 de septiembre de 2015.
Anoche
llegamos a Sid. Sería media noche. Hemos dormido en el autobús que nos trajo. Seguimos
en Servia. Espero que hoy crucemos a Croacia. Aún es de noche. Como todas las
mañanas, he mirado las noticias sobre Siria.
Parece
que por fin Rusia va a ayudar a Asad para luchar contra los islamistas.
La
guerra no terminará tan fácilmente. Los islamistas y los traficantes no dejarán
que les arrebaten el petróleo.
El
petróleo es la clave.
Antes
de la guerra el barril llegó a estar a más de 120 dólares. Hoy a menos de la
mitad.
Esta
guerra no acabará tan fácilmente.
Hay
mucha gente que se está beneficiando. El contrabando de petróleo, el de armas,
el de mujeres… Incluso el de niños esclavos.
Hasta
los europeos, sin darse cuenta, se están beneficiando. Seguro que su gasolina
cuesta la mitad que antes de nuestra guerra. El petróleo del mercado negro ha
bajado los precios de la gasolina que usan.
Estoy
convencido de que los habitantes de estos países no son conscientes del
sufrimiento de las gentes de mi país. No saben por qué llenar el depósito de su
coche cuesta la mitad. No saben…
Pero
sus dirigentes seguro que sí. No pueden ser tan tontos que no sepan qué está
ocurriendo.
¿Y los
periodistas? No se atreven a contar la verdad. ¿Por qué?
Empieza
a amanecer. El cielo se va iluminando por el este. He de rezar el Fayr. No he
de perder mis costumbres. Será lo único que me quede de mi vida en mi Siria
querida.
Razones no le faltan a Ahmad
ResponderEliminarRazones no le faltan a Ahmad
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