sábado, 21 de noviembre de 2015

Universos paralelos

Intuiciones… Presagios… Corazonadas…
¿Alguna vez te has preguntado que hubiese pasado si…?



Sería una explicación.

Si cuando decidimos algo, en ese momento generamos al menos dos líneas temporales… Sería una explicación.

Si cuando algo está a punto de ocurrirnos pero no nos ocurre… ¡También ocurre! Sería la explicación.

Al menos eso es lo que formulo Hugh Everett allá por 1957.

Explicaría muchas cosas.

Explicaría por qué algunas personas que han estado a punto de morir tienen recuerdos de haber muerto. Esos recuerdos, traumáticos recuerdos, por alguna razón, en algunas personas, quedan entrelazados cuánticamente, entre esta línea de tiempo, este universo, y la otra, en la que de verdad morimos, un universo paralelo. Simplemente accedemos a los últimos recuerdos del yo que murió.

Hugh Everett defendía que en cada decisión se generaban tantos universos paralelos como decisiones posibles, desconectados entre sí. Pero, ¿y si en alguno de los desdoblamientos se generase un entrelazamiento cuántico?

En la Universidad de Delft, Países Bajos, se ha realizado un estudio demostrando que se pueden entrelazar dos electrones y mantener el entrelazamiento ¡a una distancia de 1,3 Km! Según dicen, se puede interactuar, de forma instantánea, sobre el electrón A, previamente entrelazado con el B, separados más de un kilómetro, simplemente interactuando con el electrón B.

Si Hugh Everett tuviera razón…

Si en cada encrucijada de mi vida, hubiese tomado la decisión que hubiese tomado, también hubiese tomado la contraria… ¡Sería fascinante!

Si existiesen universos paralelos en los que fuese lo que soñaba ser de pequeño… ¿Con quién viviré en cada uno de esos universos? ¿Seré feliz en ellos?

¿Cómo habrá evolucionado la raza humana en cada universo? ¿Enfermedades incurables ya tendrán cura? ¿Habrá universos en los que la guerra no exista?

¿Habremos contactado con otras civilizaciones? ¿Cuántos universos habremos destruido?

Si existiesen…

Asuntos como la intuición, como los presentimientos, tendrían su explicación en el entrelazado cuántico que nuestra mente mantendría con nuestros yoes de otros universos.

Nuestra capacidad de imaginar qué ocurriría mañana, si tomásemos una u otra decisión, se derivaría de la capacidad de nuestras neuronas de entrelazarse cuánticamente con las de nuestros otros yos que viven en universos paralelos. Lo explicaría.

Y a la pregunta de “¿Qué hubiese pasado si mi decisión hubiese sido otra?” ya tengo la respuesta: Han pasado todas las cosas que podrían pasar. ¡Todas! Sólo que yo sólo soy consciente de lo que ocurre en el universo desde donde escribo. ¡Fascinante!

Entonces… ¿para qué preocuparse por qué decisión tomar? ¡Si voy a tomar todas! Viviré todas las posibilidades, pero seré consciente sólo de una… Por el momento de sólo una…

Me imagino otros universos paralelos. En unos estoy. En otros no. He pasado por momentos en los que la línea entre la vida y la no vida se difuminó demasiado, aunque la última decisión, que generó este universo, me mantuvo vivo y lejos de la nada… ¡En este universo!

La lástima es que no mantengo entrelaces cuánticos con yoes de otros universos. ¡Al menos conscientemente!

¿Podría saltar de un universo a otro? Si soy el mismo… ¿Por qué no? Y si no puedo saltar… ¿Podría contactar? ¿O ya contacto y no soy consciente de ello?


Entrelaces cuánticos… Universos paralelos… Yos que soy yo… Yoes intentando contactar conmigo... ¡Fascinante!