La
confianza permite que podamos reírnos.
Si se
pierde, mejor no regales nada el día 28.
Mañana
es el día. ¡Por fin!
Llevo
todo un año esperando y esta última semana preparando.
Tengo
las cajas, las peladuras (en la terraza, al fresco, para que no huelan), el papel
de regalo, las notitas...
Creo
que tengo todo.
A mi suegra
le diré que ayer estuve en Cuenca y que su hija me dio ese paquete para ella. Casi
siempre que vamos nos da algo para ella. No sospechará.
A mi
hermana que por la mañana vino el cartero cuando ella no estaba. El mes pasado
vino el cartero y como no estaba llamó a mi casa y me dejó un paquete para
ella. Le diré “ya van dos veces”.
A mi tía
que ayer estuve en Madrid y que su hijo me dio ese paquete para ella. Es muy
inocentona y seguro que se lo traga.
A todos
les diré que tengo prisa y que me voy rápido.
¡Imagino
la cara que se les va a quedar cuando abran los paquetes!
¡Cajas
repletas de mondaduras de patata, medias naranjas exprimidas, peladuras de
manzana…!
Y me
medio de todo la nota: ¡Inocente!