Sientes
que transcurre, que no para.
¿Alguna
vez has pensado qué es?
El
tiempo. ¿Qué es el tiempo?
Siento
que pasa, que transcurre, que ocurre.
Siento
los segundos cuando estoy corriendo, cuando estoy nadando. Cuando una bocanada
de aire entra y sale de mis pulmones cada uno o dos segundos.
Siento
los minutos cuando espero. Cuando he quedado para tomarme una caña y mi cita se
retrasa. Cuando estoy en la cola del banco y veo como poco a poco van atendiendo
a los que van delante de mí. Puedo esperar tanto tiempo como empleo cuando
corro. Pero siento que el tiempo pasa de otra forma.
Siento
las horas cuando estoy en el trabajo. Miro el reloj y las veo pasar, esperando
que llegue la hora del almuerzo y después la de salida.
Siento
los días cada mañana, cuando preparo el almuerzo de mis hijos. Cada día una
cosa diferente. Siento los días cada tarde, cuando planifico la cena. ¿Qué
cenamos anoche?
Las
semanas. Un fin de semana tras otro con sábados y domingos que repiten la pauta
de otros sábados y domingos. Hay excepciones, pero son las menos.
¿Y los
meses? Estamos en diciembre y hace nada estaba nadando en la piscina a más de
treinta grados de temperatura ambiente. No podía correr, hacía demasiado calor.
Ahora corro con guantes. Si pienso unos segundos recordaré actividades
realizadas en los últimos meses. ¡Qué lejos parecen estar!
Las
estaciones. Una tras otra. Ya recuerdo más de cuarenta de cada una de ellas.
¿Más de cuarenta? ¡Que corta es la vida!
Años.
Años… Años de esperanza. Años de desidia. Años de EGB. Años de Bachiller. Años
de Universidad. ¡El año de la mili! Años de trabajo. Años de pareja. Años de
familia… ¡Años!
La
vida. Una vida. Una vida para dejar mi impronta. Una vida para recordar. Una
vida para sentir. Una vida para amar. Una vida para vivir.
Los
segundos de las bocanadas de aire y una vida… Son tiempo. Pero parecen tan
distintos…
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