La vida
nos va atando sin darnos cuenta.
Hasta
que las ataduras nos duelen.
Encerrada.
Sin alas. Cautiva. Secuestrada.
Es no
poder hacer lo que deseo. Es hacer sólo lo que debo.
Obligaciones. Cargas familiares. Deberes.
Es
vivir sin vivir.
Es
sentir como la vida se me escapa y no atreverme a hacer nada para evitarlo.
Discusiones.
Problemas. Familia.
Es
querer y no poder. O querer y no atreverme.
Desearía
ser fuerte y romper con todo. Alejarme en un barco sin un rumbo definido.
Dejarme llevar por las olas, las mareas, los vientos, las corrientes, las
tormentas…
Abandonar
esta vida que me ata. Esta vida que me mata.
Ser
libre. Libre para volver a vivir la vida.
Hijos.
Marido. Comidas. Lavadoras. Casa. Trabajo.
Me
ahogo.
Quiero
gritar y no puedo. Quiero gritar y no me atrevo.
Quiero
liberarme de estos grilletes que se han ido cerrando, aprisionando mi vida en
los últimos años.
Quiero
volver a volar. Volver a sentir el empuje del viento en mis alas. Que mis ojos
dejen de lloran y vuelvan a disfrutar del paisaje mientras vuelo.
¡Vivir!
¡Quiero
Vivir!
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