Los cambios para tener futuro mejor
a veces nos separan dolorosamente de nuestra vida.
Y que
olor tan raro tienen. Huelen como a agua sucia, como el agua con jabón del que
hace mi madre, pero es un olor más agrio.
Las
sábanas de mi cama sí que huelen bien. Y son tan suaves…
Echo de
menos mi colchón. Éste está duro y se le notan uno bubones que se clavan en la
espalda. El mío sí que es cómodo. De lana, no como éste. Lana que todas las
mañanas mi madre ahueca para que duerma bien por la noche.
No sé
cómo ponerme.
¡Cómo
rascan las sábanas!
¿Qué se
oye?
¿Es el
de arriba? ¿O el de al lado?
Parece
que está llorando…
¡No me
fastidies! ¡Eso no por favor!
Yo no
pienso llorar, yo no lloraré, estoy aquí para hacerme un hombre. ¡Los hombres
no lloran!
Cada
vez que se mueve el de arriba de la litera de al lado parece que se va a caer
entera. ¡Cómo suena! ¡Qué chirridos!
¡Y este
olor!
¡Yo no
voy a llorar! Aunque los ojos se me llenen de lágrimas no lloraré.
¿Qué
estarán haciendo ahora en casa? ¿Me echarán de menos?
¡No voy
a llorar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario