Pasa el tiempo... Pasa la vida…
¡Vive tu tiempo! ¡Vive tu vida!
Está igual.
¿Igual?
¡Está mejor!
¿Qué ha sido de estos treinta años?
Mis recuerdos de ella son de ayer. ¿Ayer? No fue ayer… ¡Hace
treinta años!
Su alegría no ha cambiado.
Su inseguridad se ha trocado en serenidad.
Sus ojos azules que ayer me miraban interpelantes hoy me miran
compasivos.
¿Compasivos?
Sus ojos son el reflejo de mi alma.
Soy yo quien siente compasión. Compasión por estos treinta
años que han pasado sin pasar. Compasión por ser lo que nunca quise ser.
Compasión por conformarme con lo que me llegaba, sin luchar por lo que quería.
Compasión…
Recuerdo el brillo azul de sus ojos cuando apareció en
escena el madrileño. Recuerdo mis sentimientos cuando la veía con él. Duele con
el dolor de la herida recién hecha. Duele como la punzante espada que se clava
en mi pecho en el momento de perder el duelo. Duele con el dolor de la derrota…
Parece que fuera ayer cuando la hiel estallaba en mi boca
inundando todas mis papilas. Siento aun el amargo sabor de sentirse apartado y
de saber que no va a haber una segunda oportunidad. Que nunca podré besar esos labios
jugosos. Que pude besarlos y no me atreví. Que mi oportunidad pasó y nunca
volverá…
Hiel…
¿Dónde están estos treinta años?
¿Dónde?
Hace un momento me preparaba para salir con mis amigos, me
miraba en el espejo atusando mi pelo, reparaba en el grano que me acababa de
salir…
He parpadeado.
La imagen se ha mudado. Mi cara, antes fina y juvenil, ahora
refleja los treinta kilos que he ganado.
Treinta años por treinta kilos. Treinta en un abrir y cerrar
de ojos.
¿Qué ha sido de mí?
Ella está fabulosa. Tiene treinta años más que parece no han
pasado por ella. Se mueve igual. Camina igual. Sonríe igual… Se la ve feliz.
Un parpadeo… Treinta años en un parpadeo.
Ahí estoy yo, en el reflejo del espejo, con los restos de la
pasta de dientes aun en la comisura de mis labios. Patas de gallo en mis ojos.
Canas en mi pelo. Y ese olor que ha quedado en el baño después de que mi mujer
se haya puesto la mascarilla para dormir…
¿Si parpadeo volveré treinta años atrás?
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