Mil novecientos sesenta y ocho.
Cincuenta años.
No se terminan las fotos… ¡Vaya álbum fotográfico! ¡Yo creo
que han enviado más de doscientas fotos! Y eso que no han enviado todas…
¡Todo un reportaje!
¡Qué día más estupendo pasamos! La cantidad de fotos que tenemos
y en todas se palpa el regocijo.
Un título para este álbum fotográfico sería “Fotos del
cumpleaños celebrado por cinco quintas y diez quintos nacidos en 1968, más una
amiga nacida un año antes”. Claro, que ese título es más para el Siglo de Oro,
ahora simplemente pondríamos: “1968: 50 años”.
¡Mira esta foto! ¡Estamos empapados! Algunas fueron muy cautas y se pusieron la camiseta por encima de la ropa. Les daría vergüenza… ¡Pues no tienen nada de qué avergonzarse!
Me gusta el año en el que nací. Siempre me ha gustado. Y me
gusta referirme a las cosas que ocurrieron en él. No lo he puesto en el grupo
de WhatsApp, pero había pensado poner: “Hace cincuenta años… Aquel 1968 en el que Kubrick estrenaba su “2001: Una
odisea en el espacio” y Charlton Heston encarnaba al comandante Taylor en "El planeta de los simios", aquel año en el que jóvenes y no tan jóvenes salieron a
la calle y con sus protestas cambiaron nuestro mundo, aquel año en el que el
Papa prohibió el uso de cualquier método anticonceptivo para evitar embarazos,
aquel año en el que por primera vez los humanos (tres hombres) orbitaban la Luna, aquel año…”
¡Y ésta...! ¡Vaya estilismo masculino! Las redondeces que ellas no
quisieron mostrar las mostraban otros sin pudor alguno. ¡Esta foto es para
mondarse! ¡Vaya curvas felices!
Pero las fotos que más me gustan son las que me enviaron
para el vídeo. Esas sí que son verdaderos tesoros. No puedo perder ni una sola
en la que salga. A ver si este fin de semana puedo hacer una copia de
seguridad.
Recuerdo cuando terminó el vídeo. Esas lágrimas espontaneas que
muchos no pudieron contener. Yo, que habría visto ya el vídeo más de veinte
veces, me emocioné también…
Para el vídeo había pensado emular a Goscinny y que
comenzara entrando con una frase al estilo del inicio de “La Guerra de las
Galaxias”:
Aquel año, en un pequeño pueblo de La Mancha conquense,
nacimos treinta niños,
diecinueve chicos y once chicas.
Si bien es verdad solo unos pocos afortunados nacimos de
hecho en él,
Villarejo de Fuentes.
Pero finalmente me decidí por la entrada de los nombres de los
veintinueve que vivimos mientras se oía de fondo “Así habló Zarathustra”. Hemos
tenido suerte, cincuenta años después solo hemos lamentado un fallecimiento, la
niña nacida en febrero que murió a los pocos días de nacer.
¡Anda que ésta…! ¡Mister
Pitón y Miss Mojada! Lo que me reí
con el concurso…
Yo creo que fue buena idea lo de las camisetas. Tener un recuerdo
de ese día con la firma del resto de quintos se va a valorar según pasen los
años. Claro, que si Pedro no llega a preparar el famoso programa no se me
hubiera ocurrido la idea de comprar las camisetas. Y comprarlas de chica fue
todo un acierto. Como comentario para publicar alguna de estas fotos en Facebook estaría
genial: “Camisetas de chicas, elásticas, preparadas para marcar las redondeces
femeninas, cubriendo los cuerpos cincuentones de varones que han criado curvas
felices, curvas pronunciadas, perfiles de película, prueba de que los fofisanos están llamados al poder”.
Claro, que no se me ocurrirá a mí publicar ninguna de éstas en Facebook… ¡Me
ponen en busca y captura!
¿Y la misa? Aun me estoy riendo…
Lleva razón Pedro que debemos ir pensando en nuevos encuentros.
Pero el próximo ha de ser un poco más sosegado, a ver qué se nos ocurre.
Estas fotos demuestran que cincuenta años no son nada. ¡Si
parecíamos críos jugando! Todos de buen rollo, sin piques, sin enfados…
¡Qué día más bueno pasé…!
Quisiera ser ocurrente, pero me conformo con darte las gracias.
ResponderEliminarGracias a ti. Has tenido casi todas las ideas buenas de nuestra fiesta.
ResponderEliminarHe de puntualizar que opino que para las próximas tienen que tener nurvos formatos, pero no más sosegadas. Ea.
EliminarDejémonos llevar sin ideas preconcebidas. Creemos sin más. Las circunstancias es lo único que ha de hacernos variar el rumbo.
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