lunes, 6 de enero de 2020

Enero siempre es imitado


Jugando con el calendario
se descubren curiosidades.


Enero de 2020. Lejano año al que, de niño, me parecía una quimera llegar.

Y ha llegado.

Es curioso este año.

Octubre siempre repite a enero. Sus treinta y un  días, del primero al último, copian los días de la semana de enero.

Pero no ocurre siempre.

Los años bisiestos, como éste, recuerdan que nada es siempre igual, que cada cierto tiempo es necesario cambiar.

Cambiar para, en ocasiones, volver al origen.

Cambiar para, a veces, no volver la vista atrás.

Cambiar…

Y cada cuatro años enero le es infiel a octubre y se deja duplicar por julio.

Julio, los años bisiestos, exhibe sus números copiando a enero y, durante sus treinta y un días duplica los mismo lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábados y domingos que el mes líder, el número uno, presentó en sociedad. Julio sigue al líder.

Julio, cada cuatro años, recuerda que los opuestos se atraen. Copia a enero sus días de la semana y sube la temperatura recordando que los fríos días de mi invernal enero pueden convertirse en tórridos días veraniegos azotados por olas de calor sahariano.

Este 2020 viene cargado de singularidades.

Es un año bisiesto. Ocurre cada cuatro años.

Año con cifra repetida. Singularidad que sucede cada ciento un años: 1818, 1919, 2020, 2121…

Año bisiesto con cifra repetida. Solo acontece cada cuatrocientos cuatro años. Lo fue el 1616 y lo será el 2424.

Me gusta jugar con los números…

Los que nacimos en 1968 tenemos una singularidad más. Cumplimos cincuenta y dos años en año bisiesto. Los bisiestos son cada cuatro años y cincuenta y dos es cuatro veces trece. Aquellos que sean supersticiosos este año los serán cuatro veces más.

Mis quintos de Villarejo de Fuentes este año vivirán su decimotercer veintinueve de febrero. Yo, por ser el único villarejeño que nací en invierno de 1968, viviré mi decimocuarto día veintinueve de febrero. Les llevo uno de ventaja.

No dejo de ser una singularidad entre mis compañeros de EGB, entre mis quintos, el único que nació en invierno. ¿Una anomalía entre la normalidad?

Este 2020 viviré una anomalía más que solo se da cada cuatrocientos cuatro años y para el día de San Fermín celebraré mis cincuenta y dos años y medio en un martes día siete de un mes con treinta y un días, gemelo de enero, de un año bisiesto con cifra repetida.

¿Qué cambios me ofrecerá este año singular?



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