viernes, 12 de septiembre de 2014

Leyendo sobre Diógenes de Sínope

Diógenes de Sínope, el más provocador e insobornable de los sabios del siglo IV a.C. Se paseaba por Atenas con un farol encendido diciendo ‘Busco a un hombre’. Los que se cruzaban con él le respondían que había muchos hombres, a lo que él replicaba ‘Busco un nombre de verdad, uno que viva por sí mismo, no un indiferenciado miembro del rebaño’. (…) Una vez estaba tumbado en el suelo tomando el sol casi desnudo, se le acercó el que sería  gran conquistador Alejandro Magno, cuando era alumno de Aristóteles, y le dijo: ‘Pídeme lo que quieras’; a lo que Diógenes respondió: ‘Pues apártate y no me hagas sombra’. Alejandro se marchó, pero, entre risas burlonas de sus compañeros, se dijo a sí mismo: ‘Si no fuera Alejandro, yo quisiera ser Diógenes’.” (Lectura del número 127 de la revista de Historia de National Geographic).

Yo quisiera ser Diógenes”. ¿Y quién no? Vivía a su aire, sin importarle lo que los demás pensaran de él.

¡Y cuántos miembros tiene el rebaño! Ayer todas a la vez se fueron de la piscina. Se levantó una oveja y todas las demás la siguieron. ¡Increíble!

La verdad es que yo me siento muy cerca de Diógenes. No aguanto la masa, no sigo a la masa. ¡Detesto la masa!

¡Y si no cuando siguen al líder! Ha sido gracioso ver cómo se han movilizado después de que la cría, con esa edad, haya hecho lo que ningún mayor se atrevía. Y ahora disimulan y ninguna se había dado cuenta. ¡Lo que pasa es que no se atrevían a hacerlo! Esa niña sí que tiene madera de lider.

Diógenes de Sínope… ¡Necesitamos más de Diógenes y Alejandro!  Su mezcla haría que eliminásemos la educación inculcada que no nos cuestionamos y que nos ata.

Nos reeducaríamos y seríamos libres.

¡Yo ya lo intento!


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