viernes, 26 de septiembre de 2014

Velando a la madre

En el tanatorio, un hijo cierra los ojos frente al cristal
que lo separa de su madre inerte. ¿Qué pensamientos tendrá?


Estremece ser ya el primero de la línea.

Sentir que entre Él y yo no queda nadie más.

Sobrecoge saber que en mi camino ya no tengo a nadie delante.

Que un día, avanzando por la niebla del destino, perderé pie y caeré en ese abismo que es la muerte.

Mis abuelos ya cayeron. El primero cuando yo era tan solo un niño. Después le siguieron los demás.

Poco hace que mi padre también perdió pie.

Y ahora mi madre…

Esta noche es la última que podré ver su cuerpo. Esa tez de cera que deja la muerte…

Me quedo en primera línea y mis pasos no los puedo parar. El terreno aún es firme, pero… ¿Cuánto durará?

El nebuloso futuro esconde el abismo final.

¡No te disipes fría niebla! ¡No quiero saber cuándo llegará!

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