domingo, 5 de octubre de 2014

El gato

El cuerpo es un todo y cada parte tiene su función.
Si una parte la inhibes, pierdes parte de tu yo.


Este sol de las mañanas de primavera hace milagros.

Se nota el calor en cada parte de mi cuerpo. Me embriaga. Hace que me sienta en otra dimensión.

Desde la cirugía que me hicieron en invierno me siento menos agresivo. Noto que no tengo el ímpetu de otros años. Es como si el celo no hubiese pasado por mí este año.

Y este sol… ¡Cómo embriaga!

Siento que he engordado. Mi pelo tiene mejor color. Mi carácter es más pacífico.

Me siento como un  gran gato. Apacible. Fiel. Sobón.

Así tumbado, sintiéndolos rayos de sol en cada centímetro de mi piel, su calor, su energía… ¡Qué paz!

Podrán decir que un "castrato" no es un macho completo, pero yo me siento en paz. Es como si se hubiese despertado mi otro yo. Mis emociones han cambiado. ¡Y me siento genial!

Puede que esté acumulando grasa, pero eso lo solucionaré. Un poco de ejercicio después del verano y estaré ágil de nuevo.

Qué paz con este sol…

Además, ella me trata mucho mejor. No sé si será por estar yo más tranquilo o será que no me afectan  tanto las regañinas…

El ama es el ama. Ella ha sido siempre el ama. Quien ha dicho lo que hay que hacer. Y cuando he hecho algo diferente… ¡Castigo! Me gusta que ella sea el ama.

¡Noto el sol en mi cara! No quema. Que paz…

Debe estar a punto de llegar con los niños, son más de las dos.                                                              

Tengo la comida preparada, la mesa puesta, el vino que le gusta en el frigorífico…

Hace unos meses estaría pensando en una siesta sexual, pero ahora no siento ese deseo. Sólo ronronear a su lado, al lado de mi ama, el ama.


Este sol de primavera…

1 comentario:

  1. Entre necesidad y sinceridad, tu maullido complaciente me ha impresionado felinamente.

    ResponderEliminar