viernes, 17 de octubre de 2014

El lienzo del atardecer


La belleza del atardecer puede turbarnos.
El temor a lo desconocido también.




Empieza a hacer frío. Se nota que el sol está a punto de ponerse.

El cielo a estas horas es como un lienzo de borrones grises y naranjas cruzados por líneas blancas.

El ocaso anaranjado.

El orto gris, casi negro.

En el cenit las líneas que dejan los aviones, que se asemejan a las coordenadas de un mapa.

Es todo un espectáculo. Una paleta de color desde el gris de oriente al naranja de occidente.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho… Ocho aviones que ha dejado su estela. Todos han pasado por encima de nuestras cabezas. Todos por encima de este parque aun repleto de niños.

¿Dónde irán esos aviones?

¿De dónde vendrán?

¿Llevarán a algún pasajero enfermo de ébola?

Dicen que el ébola se contagia a través de los fluidos humanos.

¿Dónde irá el orín de los baños de esos aviones?

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