viernes, 11 de noviembre de 2016

A 300 km/hora

La vida nocturna juvenil
está abierta a cualquier posibilidad.



¡La alarma del móvil! Las 9:20. A esta hora debería estar despertando y aun no me he acostado.

Me había quedado dormido. ¡Que sopor! ¡Y qué noche!

Ya hace más de veinticuatro horas que me levanté. Este viernes está siendo memorable. Bueno, viernes ya no, ya sábado.

El calorcillo del tren me había dejado traspuesto. Y como apenas se mueve… He debido dormir una media hora, salimos de Madrid a las nueve menos veinte.

Éste está dormido. Y ellas también. Voy a espabilarme yo y los despierto después.

Ayer coincidimos en el disco-bar y llevamos una noche…

No hemos bebido mucho, no han llegado a cinco cubatas. Cinco cubatas desde las once de la noche no es mucho.

Estas chicas tienen una marcha… La verdad es que están muy buenas. Así dormidas me parecen aún más guapas. Una morena y una rubia, como dice la zarzuela.

Pero el punto fuerte de la noche fue cuando cerraron el disco-bar. Ya nos íbamos para el metro y nos hemos metido los cuatro en el salón de juego. Nos hemos ido directos a las tragaperras para gastar el suelto que nos había quedado.

¡Y nos ha tocado el especial! ¡Doscientos euros!

Y claro, la noche no podía terminar ahí. ¡Dos verdes hay que celebrarlos!

¡Vaya piernas tiene Ana! Se ha movido en el asiento y se le ha subido un poco más la faldilla y guau… ¡Que piernas tiene!  ¡Está buenísima! Además tiene una marcha… Ella fue la que esta mañana dijo: “¡El especial merece una paella!”

Y claro, se ha liado cuando yo he dicho: “¿Paella? La paella buena está en Valencia”. Y ella ha contestado “¡Pues a comer paella a la playa de Valencia!”

Y Pepi lo ha rematado: “¡Y nos bañamos en bolas en la playa!” Los cuatro hemos estallado en sonoras carcajadas.

No lo hemos pensado dos veces. Nos hemos bajado a Atocha y hemos sacado billetes compartiendo mesa los 4, ida y vuelta. La vuelta en el último tren… El día promete…

Con el premio del especial hemos pagado los billetes. Para pagar la paella las chicas dicen que seguro que nos las arreglamos en Valencia y que si nos falta algo de dinero para pagarla ya se nos ocurrirá alguna cosa.

Y aquí estamos… Los cuatro en el AVE, camino de Valencia. ¡A trescientos kilómetros por hora! Este fin de semana lo estoy viviendo a toda velocidad…




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