Desde el balcón de mis ojos, cerrados,
Me veo a hurtadillas en tu puerta.
En la mano mi mayo,
En mi corazón la inocencia.
Llegan a mi mente imágenes
De aquellos maravillosos años,
En los que la pureza de mi alma
No sabía de desengaños.
Hoy, con presbicia en la mirada,
La piel curtida por los años,
Las cumbres escasas y blancas,
Llega a mi recuerdo el pasado,
Corriendo por calles encaladas
Con mis manos llenas de mayos.
¡Mayo es!
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