Dentro
de de cien años nos gobernarán
hombres que
sólo busquen el bien general.
Esta
humedad me va a matar. Con este amanecer van ocho en los que el sol sólo es un
resplandor lejano en esta maldita y densa niebla.
La
trinchera es un lodazal. En este barro blando se hunde la bota y se me mete dentro
dejando los pies mojados permanentemente.
¡Ocho
días de niebla continua!
¿Y por
qué? ¿Por qué tenemos que estar es este agujero?
El día
de Noche Buena vencimos nuestros miedos y no hubo ni un disparo. Ni ellos ni
nosotros. Se necesitaron pocas palabras: “¡Si tu no disparas yo no disparo!”.
¡Qué fácil fue! Pocas palabras, pronunciadas a gritos, sí, pero sin cita previa, sin parafernalia, sin mesas
de nogal, sin estilográficas Waterman, sin escribientes…
¿Y el
Káiser no puede hacerlo?
Soy un
patriota, nadie ama más a mi querida Alemania que yo y lucharé por ella hasta
entregar la última gota de mi sangre germana… ¿Pero por qué esta guerra?
Me di
la mano con más de treinta de mis enemigos. ¡Enemigos! ¿Enemigos por estar en
la trinchera de en frente? ¿Enemigos por nacer en un país que habla una lengua
diferente? ¡Enemigos por tener gobernantes diferentes!
Me
duelen los dedos de los pies. Estoy helado. ¡Esta maldita niebla!
Ese día
fumamos juntos, yo encendí mi pitillo con el cigarro de un francés. ¡Dos días
sin disparos! Pudimos enterrar a nuestros muertos. Nuestros y de ellos, pero
nuestros todos… ¡Servían en un bando y los mató el otro! Todos ayudamos a cavar
las tumbas, no importaba el color del uniforme.
¿Y por
qué hoy seguimos así? ¿Es nuestra esta guerra? ¿De quién es la guerra?
Si los
soldados de uno y otro frente hablásemos esto acabaría. Volveríamos con nuestra
familia. Dejaríamos atrás las trincheras, el barro, la niebla, el frío…
¿Por
qué estamos aquí? Somos títeres que bailamos al son que tocan los que ganan con
la guerra, aunque su país pierda. ¡Su país! ¿Les importará su país?
Y esta
niebla… No deja ver las trincheras de los que dicen son nuestros enemigos.
La otra
niebla, la que no se despeja jamás, no deja ver las razones de esta sinrazón. Dentro
de cien años los habitantes de la Tierra
no se dejarán embaucar por este tipo de gobernantes que sangran a sus pueblos.
El pueblo tendrá la educación y la formación suficiente para no dejar que accedan al poder personajes que sólo
piensen en si mismos.
¡Nací
demasiado pronto y moriré joven por culpa de esta guerra! Dentro de cien años los
hombres podrán y sabrán elegir a quienes los gobiernan sin dejarse engañar…
Navidad de 2014… ¡Dentro de cien años!
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