Si algo
deseamos de verdad y no nos atrevemos,
el
inicio del año puede ser el momento de realizarlo.
¡Llegó
el momento! ¡Año Nuevo vida nueva!
He de
cumplir mis propósitos de Año Nuevo. Este año el primero que puse es “Cumplir
mis propósitos”. ¿Y qué mejor momento que hoy?
Sábado,
los niños de vacaciones, estamos en el pueblo, el piso para mi sola…
Llevo
desde el verano queriéndolo hacer y hoy es el mejor día.
¡No lo
soporto más! No soporto que me toque, no soporto que me hable, no soporto que
siempre esté en posesión de la verdad…
La vida
con él se ha reducido a monosílabos. En el trabajo soy feliz, con mis niños,
que son unos cielos.
Llego a casa y como deprisa para no pasar tiempo con él.
Me hago la cansada para irme a la siesta, argumentando que los alumnos me chupan la energía, pero no, ellos me dan vida, el vampiro es él.
¡No
puedo más! Me levanto, me ducho, me tomo un café, hago la maleta y llamo a mi
hermana para que venga a por mí.
Necesito
hacer lo que mi cuerpo me pide. Y lo que no me pide es dejar que me manosee, no
me pide que me pase su boca babosa por mi cuerpo, no me pide dejar que sacie su
deseo vaciando su asquerosa virilidad en mí.
Necesito
su delicadeza, su dulzura, su calor, sus labios húmedos besándome… Sentir Sus
manos suaves acariciar mi piel, sentir su olor, acariciar su pelo, sentir sus
pechos en los míos mientras nos abrazamos… La necesito a ella.
¡Llegó
el momento! Año Nuevo, vida nueva.
¡Ay el amor y el desamor y el tiempo! Querido Vicente.
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