En el transcurso de nuestra vida
asumimos diferentes roles
y tenemos distintas visiones de las cosas.
¡Para
cuatro duros que necesitamos! ¿Se creerán que no somos capaces de ahorrar eso y
más?
El uno
que no lo ha hecho con los mayores y no lo va a hacer con el pequeño.
El otro
que no va a firmar por si sus tierras se las lleva el banco.
¡Estas
son las ayudas de unos y de otros!
Con lo
que otros padres les han dados a sus hijos. ¡Que se han quitado el bocado de la
boca por ellos! Y nosotros que sólo les pedimos una firma para que nos den un
préstamo de cien mil cochinas pesetas y poder comprar un buen tractor nos la
niegan.
¿Qué se
habrán pensado? Si con lo que ganamos en un año está devuelto.
Tendré
que hablar con mi hermana… Ella no se puede negar. ¡Con lo que le he ayudado
siempre!
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40 años después
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¡Si
esto ya lo sabía yo! ¡Si esto ya lo sabía yo!
¡Anda
que no se veía venir! ¡Si era estar por encima sus posibilidades!
¿Y
ahora qué? ¿A pedirle al abuelo?
Yo no
lo he educado en el despilfarro. ¡A su padre se tendría que parecer!
Ahora
vendrá a que le dé lo poco que tengo. ¿Y yo con que paso mi vejez? Al saber
dónde terminaré. Seguro que acabo en una residencia. ¡Mis cuartos son una
reserva para mi vejez!
A mis
años… Si lo mandan al paro que busque trabajo donde sea, pero como me venga a
pedir a mí…
¡Está listo!
¡Una
casa de trescientos mil euros! ¡Meterse en semejante deuda para toda la vida!
A mí
que no me pida. ¡Si al final va al paro y no puede pagar, que se quede la casa
el banco!
¡Yo ni
un chavo!
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