sábado, 31 de diciembre de 2016

¡Feliz Día Nuevo!

Propósitos de sólo un día
son desencantos para todo un año.


Ya están llegando a los grupos de WhatsApp las cadenas de fin de año. Quedan pocas horas para el fin de este año y es el momento oportuno para enviarlas.

Todas hablan de lo mismo: “Es el momento de empezar una nueva vida”, “Brindo para que tus propósitos de Año Nuevo se cumplan”, “Deseo que cumplas todos tus deseos en el nuevo año”…

Tenemos la impresión de que algo viejo se acaba y algo nuevo comienza. Que empieza algo muy importante, tan importante que lo escribimos con mayúsculas: Año Nuevo.

Miramos atrás en el año que se va y lo vemos como un cuaderno lleno, escrito hasta la última página, en el que hemos escrito una historia inacabada, con frustraciones, con objetivos no alcanzados, con personajes que empezaron el año y desaparecieron a lo largo de él…

Miramos adelante en el año que empieza y lo vemos como un cuaderno con las páginas en blanco, con espacio para escribir una historia nueva, una historia con final feliz, una historia para disfrutar, para conseguir nuestros objetivos, para crecer, para cambiar aquello que no nos gusta…

Las circunstancias nos venden que es el momento de empezar una nueva vida. Los anuncios de la televisión nos hablan de una nueva vida. Entramos en el juego y nos convencemos de que es el momento para dejar de fumar, que es el momento para dejar de beber, que es el momento para quitarnos esos kilos que creemos que nos sobran, que es el momento de apuntarse al gimnasio, que es el momento de…

¿Y por qué?

¿Qué tiene de diferente el día de hoy?

¿De verdad mañana empieza algo nuevo?

Mañana sólo empieza un nuevo calendario. Mañana sólo tiramos el almanaque viejo y sólo estrenamos una agenda nueva. Mañana es un día idéntico a los trescientos sesenta y cinco anteriores y a los trescientos sesenta y cinco próximos.

¿Quieres cambiar? ¿Quieres hacer algo diferente? ¿Quieres conseguir algo que anhelas?

Si la respuesta a las tres preguntas es sí, noche vieja y año nuevo no son la excusa para empezar.

Mañana empieza un nuevo día. Y pasado mañana, y al otro, y al otro…

Todos los días son Día Nuevo. ¡Todos! ¡Y en mayúsculas!

Para alcanzar un objetivo no es suficiente con planteártelo sólo un día al año, si así lo haces conseguirás sólo una parte de las trescientas sesenta y cinco que debes conseguir para alcanzarlo.

Para alcanzar un objetivo o conseguir un propósito debes proponértelo todos los días. Todos los días hay que levantarse con el ánimo del primer día del año.

Leemos por ahí: “Vive cada día como si fuera el último día de tu vida y serás feliz”.

Para mí la máxima es otra: Vive cada día como si fuera el primer día de tu vida, sin que nada de lo aprendido ayer te lastre, con la ilusión de un niño cuando se levanta de la cama un sábado, vive y no permitas que nadie te corte las alas ni el deseo de volar.

El día de noche vieja, el día de año nuevo y todos los días del año: ¡Vive!

¡Feliz Día Nuevo!


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