viernes, 28 de octubre de 2016

Siete

Nuestros hijos cumplen años
y nuestros recuerdos de niño afloran.


Hace casi cuarenta y dos años que yo cumplí siete. Tú los cumples hoy.

Hace casi cuarenta y dos años yo estaba expectante. Para mí, cumplir siete años era algo especial. Nací un día siete. Cumplir siete el siete para mí era, y fue, un gran acontecimiento. Una de las cosas más importantes de mi vida.

En mi infancia, no sé por qué, recuerdo muy pocos momentos de afecto. Las sensaciones del día en que cumplí siete años son, con creces, de los recuerdos más afectuosos que tengo.

Recuerdo que ese día vino mi tía Emilia a felicitarme. Yo estaba en el almacén que teníamos en la planta baja de la casa de mis padres, era todo diáfano, en él mi padre guardaba el camión.

Mi tía llegó y me tomó en sus brazos. Me abrazó. Me besó. Me acurrucó en su seno. Después me sentó en una mesa que teníamos allí y me hizo arrumacos. “¡Que mayor es ya mi chico!” me decía.

Recuerdo su cariño, su ternura, su calor.

Recuerdo que mi madre también estaba allí. Que ambas reían. Yo me sentía el ser más feliz del universo. ¡Reían y eran felices porque yo cumplía siete años!

Tú los cumples hoy. Para mí este día, tu día, es muy importante. Para mí, que tú cumplas siete años es, como fue cuando yo los cumplí, una gran acontecimiento.

No sé qué recuerdos tendrás cuando seas mayor. No sé qué cosas quedarán grabadas en tu memoria. No sé qué cosas están impresionando tus neuronas infantiles que harán que cuando seas mayor las recuerdes.

Sé lo que yo recuerdo.

No sé si un día recordarás que me encanta darte cariño, que me encanta leerte un cuento al acostarte, que me encanta estar contigo cuando te pones el pijama, que me encanta despertarte por la mañana poco antes de las ocho, que me encanta cómo hueles poco después de despertarte, que me encanta ayudarte cuando te vistes, que me encanta poner la pasta de dientes en tu cepillo para que te los cepilles, que me encanta preparar tu desayuno, que me encantan tantas y tantas cosas que hago contigo…

Me encanta darte amor. Me encanta que te sientas querido. Me encanta que me pidas mimitos. Me encanta acariciar tu espalda. Me encanta abrazarte mientras los dos estamos sentados en el sillón.

Me encanta que cumplas siete años. Que seas cada vez más mayor. Que tus recuerdos se vayan fijando cada día con más intensidad. Que cuando seas más mayor recuerdes mis abrazos, mis cariños, mis mimitos, mis sentimientos hacia ti…

Algo en mi interior me dice que tu séptimo cumpleaños será especial para ti. Para mí el mío lo fue.  O puede que sea que, como el mío fue especial, creo que el tuyo también lo será.

Sea como fuere, hoy he querido contarte, por si en tu memoria este día, el día en que cumples siete años, no quedara como un día especial, que para mí mi séptimo cumpleaños fue muy, muy especial. Y que mi intención es que todos tus días sean especiales.

Y que me encanta tenerte.



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