Belles paraulas d’amor.
No sabien més, tenien
quinze anys.
Palabras de amor…
Sencillas y tiernas.
Palabras de amor…
Belles paraulas d’amor.
No sabien més, tenien quinze anys…
Estoy escuchando a Serrat cantando en catalán, así lo he
puesto en YouTube. Necesito estar cerca de mi gente que vive allí, en Cataluña,
en la Comunidad Autónoma de Cataluña, en la República de Cataluña.
¿Importa el nombre?
Importan las personas que allí residen. Importa la vida de
las personas que viven en aquella región, en aquella comunidad autónoma, en
aquella república, en aquella tierra…
Estamos oyendo cantos de sirena de los independentistas.
Estamos oyendo voces disonantes pidiendo que hablen las
armas.
Estamos oyendo gritos pidiendo libertad.
Estamos oyendo súplicas exigiendo acciones para volver a la
legalidad.
Estamos oyendo cantos, voces, gritos, súplicas…
En las redes sociales vemos a unos que se posicionan en un bando.
Otros que se posicionan en el contrario. Pero, ¿vemos puentes de entendimiento?
Vemos enroques. Ataques por la diagonal. Los caballos
amenazando al rey. Los alfiles intentando dominar el centro del tablero. Las
torres atacando por las filas A y H. Vemos…
Vemos lo que vemos…
Quiero sentir lo que sienten mis compatriotas catalanes. Esa
ansia de libertad. Esa ansia de ser independiente. Esa ansia de reafirmar su
propia personalidad.
Ansias…
Yo soy de Castilla. Educado por padres castellanos que decidieron
no emigrar. E intento ponerme en los zapatos de mis primos, cuyos padres,
hermanos y primos de mis padres, decidieron buscar su futuro en aquella tierra
lejana…
¿Qué nos diferencia?
¿Quizás un sentimiento de amor de quince años? Belles paraulas d’amor…
Algunos de los que allí residen se sienten como adolescentes rebeldes que no admiten la autoridad.
"Tenien quinze anys..."
Son como aquel adolescente que conocí, con deseos de libertad e independencia,
de escaparse de casa. ¡Él, que gozaba de muchísima más libertad que el resto de sus queridos
amigos!
¿Os acordáis? ¿Os acordáis de cuando erais adolescentes?
Sé que sí.
Seguro estoy que las ansias de libertad de un adolescente
y de ruptura con todo lo establecido por las normas escritas y no escritas es,
al menos, similar a los sentimientos que en Cataluña se están viviendo.
Pero resulta que tenemos unas leyes que cumplir…
Recuerdo cuando un día bajando hacia
la Plaza de mu pueblo, pasando por la puerta de Pando, estando la pareja de la Guardia Civil
en frente de la puerta del bar de Juanitillo, un grupo de amigos, yo entre ellos, nos pusimos a cantar aquello de “Mucha
policía, poca diversión.”
Hoy, treinta y cinco años después, estoy seguro que todos aquellos rebeldes nos sentimos unidos a ese
cuerpo de seguridad, a la Guardia Civil, porque velan por nuestra seguridad y por la
de nuestros hijos.
¿Qué ha cambiado en esos treinta y cinco años? ¡Que ya no tenemos quince!
Cataluña, las personas que viven allí, la gente que respira
ese aire cangado de humedad, está viviendo las sensaciones adolescentes que
todos hemos sentido y me siento identificado con ellos.
Los adolescentes somos personas fáciles de manipular…
Los ideales no dan la vida. Las ideas muestran el camino.
Las ideas no dan de comer. Las ideas señalan la vía seguir.
Pero… ¡Nunca dejes que nadie te imponga las ideas!
Tú, tristemente, solo eres dueño de lo que piensas, de tus
ideas, ¡de nada más! ¡Que nadie te las robe o te las imponga!
El banco es dueño de tu casa. El jefe de tu puesto de
trabajo. Tus circunstancias familiares son dueñas del tiempo que te sobra
después de trabajar…
Reafirmo: Solo eres dueño de lo que piensas. ¡Que nadie
piense por ti!