lunes, 14 de diciembre de 2015

Carta a los Reyes Magos y a Papá Noel

Queridos Reyes Magos y Papá Noel:

Este año me he retrasado y he hecho mi carta para vosotros un poco tarde. Por eso he decidido enviárosla electrónicamente para que podáis leerla cuanto antes.

Sé que revisáis lo que escribimos en las redes sociales y que no perdéis detalle. Sé que revisáis las historias que publicamos en los blogs personales.

Por eso sé que leeréis esta carta. Y sé que la leeréis porque este relato puede ser la historia de uno de vosotros. O la historia de los cuatro. O puede ser la historia de muchas personas… Y puede que ya lo hayáis leído en otras muchas cartas que os han llegado en papel, en el formato tradicional, cartas escritas desde la esperanza. También es posible que lo hayáis oído en las oraciones que muchos fieles, de todas las religiones, invocan a sus santos o a su dios o dioses. Porque sé que las escucháis y también ayudáis a que se hagan realidad.

Cuando aún tenía la inocencia de la niñez, mis cartas, que tendréis guardadas, os pedían juguetes. No muchos, la verdad, prefería poner sólo uno o dos para evitar que eligierais vosotros de entre la lista, porque, como ya sabéis no me traíais todo lo  que pedía, sino un solo regalo. Así, no poniendo una larga lista de regalos era yo quien elegía y no vosotros.

Mi petición de entonces tenía en el fondo, aunque yo no lo sabía aún, el mismo deseo que la carta que os escribo hoy: ser feliz.

Entonces, en mi niñez, la felicidad me la daba un juguete nuevo. Un juguete deseado. Un juguete visto mil veces en la televisión, y como por aquel entonces sólo teníamos una cadena nos veíamos todos, todos los anuncios de juguetes. ¡Todos! Como no se podía cambiar de canal…

Y la felicidad de ese juguete era para todo el año. Jugaba y jugaba con él, hasta que, del uso, perdía su color, alguna pieza, le aparecían roces… ¡Pero disfrutaba con él!

Mi petición de este año, como ya he anticipado y como conoceréis por mis oraciones, está relacionada con la felicidad, con vivir la vida sin pena, con vivirla con alegría, con ¡vivir!

Por eso os pido dos cosas. La primera es que limpiéis de mi mente las preocupaciones que me acosan. Que limpiéis de mi mente los fantasmas que algunas noches no me dejan dormir. Que limpiéis de mi vida esa densa niebla de la pena, que aparece algunas veces, provocada por minucias y que me hiela hasta los huesos.

Y la otra cosa que os pido es que pongáis luz, que pongáis calor, que pongáis color, que pongáis amor, que pongáis amistad, que pongáis complicidad familiar…

Y prometo dejar de usar los regalos, desagradables regalos, que sin pedirlos, otros me han traído con demasiada frecuencia en los últimos tiempos y que han emponzoñado mi mente, mi vida, mi suerte… Dejaré de usarlos para que el tiempo, el inexorable paso del tiempo,  acabe con ellos.

Os pido que este año no elijáis un solo regalo. Os pido que me traigáis las dos cosas que pido. Como sois dos equipos podéis traerme uno Papá Noel y otro los Reyes Magos. ¿Qué os parece?

Yo cumpliré mi promesa y dejaré que los regalos desagradables que me llegaron se hagan viejos, se rompan y, si es posible, jugar con sus restos como jugaba en mi infancia con los juguetes rotos, juguetes que muchos se rompían por ser regalos de mala calidad, pero que una vez rotos servían para disfrutar. Seguro que esos desagradables regalos, una vez rotos no son tan feos.


Pero eso sí: ¡No olvidéis nada, por favor!

sábado, 21 de noviembre de 2015

Universos paralelos

Intuiciones… Presagios… Corazonadas…
¿Alguna vez te has preguntado que hubiese pasado si…?



Sería una explicación.

Si cuando decidimos algo, en ese momento generamos al menos dos líneas temporales… Sería una explicación.

Si cuando algo está a punto de ocurrirnos pero no nos ocurre… ¡También ocurre! Sería la explicación.

Al menos eso es lo que formulo Hugh Everett allá por 1957.

Explicaría muchas cosas.

Explicaría por qué algunas personas que han estado a punto de morir tienen recuerdos de haber muerto. Esos recuerdos, traumáticos recuerdos, por alguna razón, en algunas personas, quedan entrelazados cuánticamente, entre esta línea de tiempo, este universo, y la otra, en la que de verdad morimos, un universo paralelo. Simplemente accedemos a los últimos recuerdos del yo que murió.

Hugh Everett defendía que en cada decisión se generaban tantos universos paralelos como decisiones posibles, desconectados entre sí. Pero, ¿y si en alguno de los desdoblamientos se generase un entrelazamiento cuántico?

En la Universidad de Delft, Países Bajos, se ha realizado un estudio demostrando que se pueden entrelazar dos electrones y mantener el entrelazamiento ¡a una distancia de 1,3 Km! Según dicen, se puede interactuar, de forma instantánea, sobre el electrón A, previamente entrelazado con el B, separados más de un kilómetro, simplemente interactuando con el electrón B.

Si Hugh Everett tuviera razón…

Si en cada encrucijada de mi vida, hubiese tomado la decisión que hubiese tomado, también hubiese tomado la contraria… ¡Sería fascinante!

Si existiesen universos paralelos en los que fuese lo que soñaba ser de pequeño… ¿Con quién viviré en cada uno de esos universos? ¿Seré feliz en ellos?

¿Cómo habrá evolucionado la raza humana en cada universo? ¿Enfermedades incurables ya tendrán cura? ¿Habrá universos en los que la guerra no exista?

¿Habremos contactado con otras civilizaciones? ¿Cuántos universos habremos destruido?

Si existiesen…

Asuntos como la intuición, como los presentimientos, tendrían su explicación en el entrelazado cuántico que nuestra mente mantendría con nuestros yoes de otros universos.

Nuestra capacidad de imaginar qué ocurriría mañana, si tomásemos una u otra decisión, se derivaría de la capacidad de nuestras neuronas de entrelazarse cuánticamente con las de nuestros otros yos que viven en universos paralelos. Lo explicaría.

Y a la pregunta de “¿Qué hubiese pasado si mi decisión hubiese sido otra?” ya tengo la respuesta: Han pasado todas las cosas que podrían pasar. ¡Todas! Sólo que yo sólo soy consciente de lo que ocurre en el universo desde donde escribo. ¡Fascinante!

Entonces… ¿para qué preocuparse por qué decisión tomar? ¡Si voy a tomar todas! Viviré todas las posibilidades, pero seré consciente sólo de una… Por el momento de sólo una…

Me imagino otros universos paralelos. En unos estoy. En otros no. He pasado por momentos en los que la línea entre la vida y la no vida se difuminó demasiado, aunque la última decisión, que generó este universo, me mantuvo vivo y lejos de la nada… ¡En este universo!

La lástima es que no mantengo entrelaces cuánticos con yoes de otros universos. ¡Al menos conscientemente!

¿Podría saltar de un universo a otro? Si soy el mismo… ¿Por qué no? Y si no puedo saltar… ¿Podría contactar? ¿O ya contacto y no soy consciente de ello?


Entrelaces cuánticos… Universos paralelos… Yos que soy yo… Yoes intentando contactar conmigo... ¡Fascinante!

martes, 27 de octubre de 2015

CU 3511 B

El tiempo pasa de forma inexorable
y hace que recorramos las sendas que antes pisaron nuestros padres.
Miramos en el pasado y nos reflejamos
en el espejo desgastado de hace casi cuarenta años.



Cómo se notan los días. Son las siete y aún es de noche. Si no estuviera lloviendo se vería alguna claridad. Pero con las nubes la mañana está más oscura.

Es bueno que llueva ahora. El otoño está siendo muy seco y tenemos que sembrar. Lo malo es que como está lloviendo no se va a ir el humo, no corre el aire.

Si pudiese sacar el camión a la plaza… Pero este modelo, con el bloqueo hidráulico, hasta que no se carguen los calderines no hay quien lo mueva.

¡En fin! Son cinco minutos… Y con las portadas y la puerta del corral abiertas algún humo se irá.

No quiero acelerar, si acelero voy a despertarlos y ésta aun puede dormir un rato más. Los chicos hasta las nueve y media no se levantan y la chica con levantarse a las ocho y media puede ayudar de sobra.

¡Es una mujer! A ver si el novio encuentra trabajo y se casan. Si quisiera aprender con el camión… Se lo tengo que decir, a ver qué piensa.

El mayor es ya un hombre. ¡Dieciséis años! Yo con su edad… A ver si este año mejora las notas y no pierde la beca. Si la chica se casa el desembolso es muy alto. ¡Y el colegio menor es una sangría!

Y los pequeños… ¡Dios dirá! Con siete y nueve años poco se les puede pedir. Los dos son aplicados. Uno ya en cuarto y el pequeño en tercero y debería estar en segundo. ¡Pero es listo y pilla todo al vuelo! Cuando les toque estudiar fuera se hará el esfuerzo.

Cinco kilos de presión. A los cinco y medio se desbloquea. Hoy a Alameda de la Sagra, a por rasillas. Si se da bien puedo volver a comer. ¡Eso si no están pesando! Si están pesando toca comer en Tarancón, si me pillan con dos mil kilos más me inmovilizan el camión…


¡Cinco y medio! ¡Vámonos!

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Diario de Ahmad

Cuando alguien abandona su tierra
intenta llevarse sus raíces.



Diario de Ahmad. 23 de septiembre de 2015.


Anoche llegamos a Sid. Sería media noche. Hemos dormido en el autobús que nos trajo. Seguimos en Servia. Espero que hoy crucemos a Croacia. Aún es de noche. Como todas las mañanas, he mirado las noticias sobre Siria.

Parece que por fin Rusia va a ayudar a Asad para luchar contra los islamistas.

La guerra no terminará tan fácilmente. Los islamistas y los traficantes no dejarán que les arrebaten el petróleo.

El petróleo es la clave.

Antes de la guerra el barril llegó a estar a más de 120 dólares. Hoy a menos de la mitad.

Esta guerra no acabará tan fácilmente.

Hay mucha gente que se está beneficiando. El contrabando de petróleo, el de armas, el de mujeres… Incluso el de niños esclavos.

Hasta los europeos, sin darse cuenta, se están beneficiando. Seguro que su gasolina cuesta la mitad que antes de nuestra guerra. El petróleo del mercado negro ha bajado los precios de la gasolina que usan.

Estoy convencido de que los habitantes de estos países no son conscientes del sufrimiento de las gentes de mi país. No saben por qué llenar el depósito de su coche cuesta la mitad. No saben…

Pero sus dirigentes seguro que sí. No pueden ser tan tontos que no sepan qué está ocurriendo.

¿Y los periodistas? No se atreven a contar la verdad. ¿Por qué?


Empieza a amanecer. El cielo se va iluminando por el este. He de rezar el Fayr. No he de perder mis costumbres. Será lo único que me quede de mi vida en mi Siria querida.

lunes, 3 de agosto de 2015

Abriendo nuevos caminos

Cuando el camino se cierra,
hay que abrir nuevos caminos.


Falta la bolsa de aseo. Creo que ya tengo ropa necesaria para la primera semana. ¿Para qué más? Allí ya compraré lo que necesite, no tiene sentido ir cargado. Si fuera para quince días… ¡Pero serán dos años! O más.

Mañana he de afeitarme, así que la bolsa de aseo la echaré mañana. He puesto todo: desodorante, maquinillas, jabón, brocha, masaje, peine, colonia, cepillo de dientes, pasta… Creo que no falta nada.
Allí ahora es como aquí en febrero. Me llevo siete yerseis, uno por día.

¿Me pasará esta noche igual que al de “El camino”? Ese libro me lo recomendó mi mujer cuando hicimos el parque eólico de Monzón de Campos. Dormíamos en Palencia. Ella lo había leído en el instituto. Yo era la primera vez que salía para tanto tiempo. Venía a casa todos los fines de semana. 

Me perdí ver crecer a Juan.

Creo que ya me está pasando… Estoy recordando como el del libro. Pero esta vez es distinto. Desde Chile no se puede venir todos los fines de semana.

Dejo aquí mi vida. Dejo mi familia. Llanos no ha pasado el primer corte de los maestros, pero era la primera vez que se presentaba. Es fuerte. Sé que lo conseguirá. Si no me voy ella tendrá que coger el primer trabajo que le llegue, estamos al límite. El del banco ya me llamó ayer: “Debes tres meses, paga antes del cuarto o la cosa se complicará”.

Juan empieza el bachiller, en dos años la carrera. Si no me voy… ¿Podría estudiar medicina? Tiene la ilusión de ser médico y su padre va a hacer todo lo posible por que lo sea.

Al fin y al cabo voy a llevar la vida de mi mujer cuando estudiaba. Estando en la laboral de Cáceres sólo podía venir en Navidad, Semana Santa y verano. Yo vendré también cada tres meses. ¿Ella lo soportará?

Hablaremos por internet todos los días. Pero el cariño lo da el roce. Dos años es mucho tiempo. ¿Qué ocurrirá dentro de dos años?

“Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”

Quedarme aquí es consumirme viendo como las deudas nos comen. Irme es salvar el mundo de mis hijos aunque sea a costa de cambiar radicalmente la relación con ella. Es un salto a vacio para los dos. Pero debemos tener fuerza y confianza el uno en el otro.

Poco voy a dormir yo esta noche…

Hemos de salir a las 7, el vuelo sale a las 12 y hay que estar dos horas antes. Después 14 horas en el avión. Cuando lleguemos allí será ya de noche, sobre las ocho de la noche. Aquí las cuatro de la mañana.

Mi primera vuelta en Navidad. ¡A casa por Navidad! Aun no me he ido y ya quiero volver.


¿Qué me encontraré cuando vuelva dentro de dos años?

viernes, 29 de mayo de 2015

Busca en tus recuerdos

Cuando creas que todo está acabado…
¡Lucha! ¡Dentro de ti tienes armas para vencer!



"Busca en tus recuerdos. Revive una situación agradable, placentera, en la que te sentías a gusto, feliz. Visiónala. Rememora los sentimientos que tenías en ese momento. Deja que esos sentimientos afloren ahora. Deja que te llenen. Siente como las sensaciones evocan aquella situación que te hizo tan feliz."

La psicóloga me pidió que me sentara en el sillón y me pusiera cómodo. Me pidió que relajara los músculos, primero los pies, como si me pesaran y no pudiera levantarlos del suelo. Después las piernas, que sintiera como el sillón me acogía en su seno. Luego las manos, puestas sobre los brazos de ese mueble en el que me iba sintiendo como flotando. Sentí como mi cuerpo pesaba y se fundía en un abrazo placentero con lo que en ese momento se me antojaba una nube.

Después me dijo que buscara en mis recuerdos: “Busca en tus recuerdos. Revive una situación agradable…”

¡Por fin! Hoy, he recordado aquella sesión de hace ya 10 años. Sesión que me puede servir para solucionar la situación en la que me encuentro. Situación difícil, propia de mi edad, de mis circunstancias y de estos tiempos.

Rememoro aquella situación y me dejo llevar de nuevo por la palabras de aquella profesional que me daba pautas para, si en el futuro el estrés aparecía en mi vida, pudiera combatirlo.

Vienen a mi mente recuerdos de hace ya 26 años…



Son las 8 y cuarto. Hoy se está retrasando. El teléfono está bien colgado, lo he comprobado dos veces.

¿Por qué no llamará? ¿Habrá alguien en la cabina?

¡Esa canción! ¡Ahora esa canción! ¡Qué oportunos!

"Sabor a amor, todo me sabe a ti, comerte sería un placer porque nada me gusta más que tú..."

Ufff...

“Bésame con frenesí, besarte es como comer palomitas de maíz”

Embriagador…

"Labios de fresa sabor de amor, pulpa de la fruta de la pasión..."

¡Y no llama...!

En cuanto termine la canción salgo otra vez por si han descolgado el teléfono.



De nuevo me invade aquella sensación, aquellas cosquillas en la boca del estómago, aquella respiración agitada...

¡De nuevo me invade la sensación del amor!

De nuevo me siento feliz, agradecido por lo que tengo. De nuevo siento.


domingo, 22 de marzo de 2015

Miss Hyde

Dr Jekyll and Mr Hyde.
La realidad supera a la ficción.



¿Cuánto tiempo ha pasado?

¿Dos años? Puede que más. ¡Pero he vuelto!

¡No me reconozco!

Recuerdo mi desazón cuando me veía atrapada. Notaba como se adueñaba de mí y no podía evitarlo.

“Si notas que te estás irritando retírate, vete a tu habitación.” Era su ruego, no quería que entrara en lo que él llamaba “la escalera”. Peldaño a peldaño iba subiendo, aumentando mi irritación, mi cólera, mi ira…

¡No era yo! ¡Era ella!

¡Era “Miss Hyde”! Así llamábamos al monstruo en el que me convertía.

Era como si un espíritu maligno se adueñara de mí para provocarme sufrimiento. Hacerme sufrir a mí y a mi familia.

Cualquier cosa me enfadaba. Cualquier cosa era excusa para reprenderlos. Sobre todo a mi chico, mi esposo, mi amor… Lo increpaba, lo provocaba, lo atacaba… ¡Qué desazón!

¡Cuánto he sufrido!

¡Pero he vencido! He echado a esa posesión. He echado a “Miss Hyde” ¡Y no volverá jamás!

Ahora veo a mi vecina en la misma situación que estaba yo. Esa cara desencajada, esos ojos con pupilas dilatadas, esos gestos impulsivos…

Pobre… Veo en ella a la persona que he sido durante estos meses. Ella era tranquila, pero ha cambiado. Su estado ha cambiado desde que yo estoy más serena. Es como si ese espíritu, ese demonio de ira y angustia la estuviera poseyendo a ella ahora.

¡Yo he vencido! Le he dado una patada a “Miss Hyde” y la he echado de mi casa. Pero creo que no se ha ido muy lejos… ¡Se ha mudado a casa de los vecinos!




sábado, 14 de marzo de 2015

El chorizo asegurado

¿Niño o niña?
¿Qué harán para mí cuando crezcan?



Qué cielo tan hermoso. La luna nueva deja ver todas las estrellas. Es como si todas las luces del cielo se hubiesen encendido para saludarla.

¡Qué chica tan hermosa!

Cuando me lo ha dicho su hermana se me han arrasado los ojos de agua. He tenido que irme al corral para que no me vieran llorar. ¡Llorar de emoción!

De recordarlo se me llenan los ojos de lágrimas. Un par de caladas profundas seguro que lo arregla.

¡En el corral esta mañana me he fumado cuatro pitillos!

Y cuando he vuelto… Pensaban que me había ido enfadado. No se creían que estaba contento. ¡Sólo cuando la he cogido se han dado cuenta de mi alegría!

¡Qué guapa! Morena, esos ojos negros, esa piel tan blanquita…

¡Un lucero al que las estrellas han venido a saludar!

Luego he ido a casa de mis padres a decírselo. ¡Su primera nieta!

Madre se ha puesto a llorar. ¡De alegría! Se acordaba de la chica que se le murió. Cinco chicos y la única chica se le muere antes de cumplir los seis meses…

Padre siempre tan sensato: “Un chico en diez años te estaría ayudando en el campo, pero cuando se casa lo pierdes. Una chica es para siempre. ¡Ya tienes el chorizo asegurado!”

Qué razón lleva. Mi mujer cuando este año matamos el primer gorrino, nada más freír los chorizos les llevó a sus padres media docena…


¡Ya tengo el chorizo asegurado!




domingo, 8 de marzo de 2015

Las quejas los lunes de 10 a 12

Nos hacemos daño sin darnos cuenta.
Evitarlo sólo está en tu mano.


Toca cambiar.

Si no cambio corro peligro.

Mis ataques de histeria pueden acabar conmigo.

“Eres una bomba andante. Te estás suicidando.”

Ha sido tajante. El déficit de colágeno unido a mis explosiones histéricas pueden hacer que revienten mis venas. Me puedo provocar un derrame cerebral.

¡Toca cambiar!

Pero aquí no he llegado en unos días. Han sido años. Años de estrés. Años de quiero y no puedo. Años en los que se me escapaban las cosas por poco. Eso me ha generado una sensación de insatisfacción con la vida que unida a la estresante dinámica diaria me ha llevado a esta situación.

Así que ya tengo la receta: Dejar de quejarme.

La queja, según el doctor, me lleva a tener el sentimiento de insatisfacción y esa insatisfacción me lleva a querer hacer más de lo que puedo, a ser perfeccionista, a buscar los fallos para seguir quejándome.

“Se acabaron las quejas, excepto los lunes de diez a doce.” Es su receta. No puedo quejarme salvo los lunes de diez a doce. Si tengo ganas de quejarme, me ha dicho, lo puedo escribir y quejarme el lunes, sólo el lunes. Si no estoy en la hora de la queja nada de nada, no puedo quejarme.

He de cambiar y mucho. De estar viendo los fallos constantemente, diciendo lo que hacen mal, yendo  detrás de todos para ver si cumplen con su tarea… A ahora no poder decirlo en el momento y guardarlo todo para el lunes va a significar un gran esfuerzo.

Pero lo primero es salvar mi vida. No quiero suicidarme en un ataque de histeria. 

Quejarme me hace ver todo mal, hace que sienta al mundo contra mí, cuando en realidad contra mi sólo estoy yo… ¡y mi estrés!

¡Las quejas los lunes de diez a doce!


domingo, 1 de marzo de 2015

Terremoto en Ossa

Rozar a la catástrofe provoca insomnio.
Terremoto en Ossa de Montiel.



¡Es el viento!

Son las dos, por la noche todo se oye más. ¡Qué obsesión!

Desde el lunes tengo los nervios a flor de piel. Cualquier ruido me parece que es un terremoto.

Sonó como una ráfaga de viento fuerte y todo se empezó a mover.

¡Qué seis segundos!

Dicen que se produjo a diez kilómetros de profundidad. Que no fue como el de Lorca, ese fue más superficial y por eso provocó tantos daños. Si éste hubiera sido a menos profundidad el pueblo habría desaparecido.

¡Qué miedo pasé! Aunque el miedo realmente vino después. Mientras ocurría no sabíamos qué pasaba. Miré a Juan, Juan me miró a mí… Nos quedamos parados… Y cuando paró fue cuando salimos a la calle.

Pero tengo metido el miedo en el cuerpo.

¿Y lo del miércoles? ¡Cómo nos reímos Luis y yo!

El aire acondicionado de la oficina empezó a funcionar. ¡Con el ruido que hace cuando empieza!

Nos quedamos callados. Mirándonos. ¡Vaya cara puso Luis!

A mí me costó reaccionar. Tarde unos segundos en decir: “¡Es el aire!”

Nos echamos a reír los dos. Y es que tenemos estamos todos de los nervios.

He de dormir, llevo cuatro noches sin dormir bien y mañana es fin de mes y me espera tute. Las prisas del último día, que si los informes de ventas, que si las llamadas de los de Recuperaciones… 

¡Mañana he de estar despejada!


A dormir.

sábado, 21 de febrero de 2015

La amistad que se fue nunca fue verdadera

La amistad que se fue nunca fue verdadera
(San Jerónimo)



¿Cómo se atreve?

¿Cómo se atreve a poner la foto de perfil con ella?

Es de ser una inconsciente total. ¿Y si la ve su marido? ¿Qué le dirá?

Estoy segura que la ha puesto para darme celos…

¡A mí! ¡Que le hice sentir lo que nunca había sentido!

Y así me lo pagó…

Esos dos años fueron los mejores. Todos los sábados salíamos. Mi marido con mis niñas. Su marido con las suyas. Sabíamos que ellos no aparecerían… ¡Qué recuerdos!

¡Si el garaje hablase!

Me sentí como una adolescente enamorada. ¿Quién había dicho que el asiento trasero de coche no daba juego?

Pero me traicionó…

¿Por qué se iría con esa? Después dijo que sólo había sido una noche, que fue sin pensar…

¿Una noche? ¡Mentirosa! ¡Los viernes con ella y los sábados conmigo! ¡Puta!

Y ahora pone una foto de perfil con ella…

¡Ya sé! Le contestaré en mi estado. Recuerdo una cita de San Jerónimo que viene al pelo…

¡Que sepa que ella para mí es como si nunca hubiese existido!

“La amistad que se fue nunca fue verdadera”


¡Nunca exististe!

viernes, 13 de febrero de 2015

El amor a veces provoca celos

El amor a veces provoca celos,
pero las decisiones con celos no son de amor.



La una y sin venir.

¡Vaya reunión de trabajo!

Desde las cuatro que se fue.

Dijo que empezaban a las cinco…

Como siempre se habrán ido a tomar unos vinos. Pero hoy son más que vinos.

Que llegase a las diez, o a las once… Pase. ¡Pero ya la una y sin volver! Pasa de castaño oscuro.

Hoy ha habido cubatas.

Y si sólo fueran cubatas sería pasable. Pero segura estoy que se han ido al puti.

A mí no me la da. Las horas que son y sin venir segura estoy que se han ido de cubatas al puti.

Y no es la primera vez… ¡Si el primer putero es su jefe!

La estufa se ha apagado, se va notando frio. Y yo como una tonta aquí esperando.

¡Y él seguro que con una guarra de esas! A mí, si fuese hombre, me daría asco. Acostarse con una tía que al saber lo que tendrá.

Esto no puede quedar así. Éste se entera. Éste se va a enterar de quién soy yo.

¡Si piensa que soy como las mujeres de sus compañeros va listo! Que parecen tontas y yo creo que son más.

¡Hoy se queda en la calle!

Le voy a poner la llave en la cerradura y se queda en la calle. ¡Me va a desmerecer a mi yéndose de putas!

Y como mañana se le ocurra decir una palabra más alta que otra o amenazarme… ¡Se entera!


Si quiere dormir que se vaya al coche. ¡O si no al sofá de su madre!

sábado, 7 de febrero de 2015

¿Qué somos?

“¿Qué somos?”  Una de las tres preguntas fundamentales.
¿Serías capaz de responderla con acierto?


¿Estarán vivos?

Cuándo apago el ordenador, ¿qué harán?

Juego con ellos todos los fines de semana. Cuando entro me los encuentro tal y como los dejé. Mientras no he estado, ¿qué habrán hecho? ¿Dormirán? ¿Se paralizarán como en el cuento de la Bella Durmiente?

Y si duermen… ¿Qué soñarán?

He ido añadiendo expansiones al juego. Mis creaciones han ido evolucionando usando las nuevas funciones que aparecían después de instalar cada expansión.

Nacen y duran siendo bebés 3 de sus días, pasando después a infantes, niños, adolescentes…

Cada día suyo dura veinticuatro minutos nuestros. Poco tiempo para mí, tiempo precioso para ellos. En tan sólo 90 de sus días termina su existencia.

¡En algunas familias ya han pasado más de diez generaciones! Y yo llevo jugando poco menos de un año. Poco menos de un año de los nuestros…

¿Seré yo también alguien como ellos? ¿Jugará alguien conmigo?

Nuestro mundo ha evolucionado de forma rápida, en pocas generaciones hemos pasado de navegar mares que creíamos habitados por sirenas a proyectar la construcción de una colonia en Marte.

¿Serán los avances tecnológicos y científicos nuevas expansiones en el juego donde vivimos?

¿Qué será la “materia oscura”? En mi juego, mis creaciones no pueden salir de su ciudad. Para ellos, más allá de lo que aparece en la pantalla es su “materia oscura”. ¿Será la “materia oscura” de mi mundo partes del mismo que están por construir?

Hace poco leí que un grupo de científicos estaban analizando la trayectoria de los rayos cósmicos de gran energía imaginando que el universo es una cuadrícula artificial. Pretenden demostrar que dichos rayos sólo pueden viajar atravesando las diagonales de las cuadrículas, por lo que sus interacciones no serán iguales en todas las direcciones. Están convencidos que demostrarán que somos una simulación en un ordenador.

¿Estaremos vivos?



viernes, 30 de enero de 2015

Fuego en el cielo

La belleza de la naturaleza
puede llegar a atemorizarnos



Veinticinco  de enero. Hoy hace años que el cielo ardía. Empezó en dirección a Almonacid. Eran como llamas que iban de la tierra al cielo.

Recuerdo que empezó una vez anocheció. Serían las ocho de la noche. Los chicos ya habían encerrado a las ovejas.

Mi primo, con catorce años, era el mayor de los hombres. Mi padre había sido llamado a filas. Tenía treinta y nueve años y los hombres de hasta cuarenta habían sido movilizados para ir al frente.

Llegó a casa y se lo dijo a mi madre: “Tía, ¡que el cielo está ardiendo!”

Salimos todas a la calle a verlo. Las llamas se iban extendiendo desde Almonacid hacia El Hito.
La gente lloraba.

Unos decían que eran los Montes de Toledo que ardían por los bombardeos. Otros que el frente se acercaba al pueblo.

Los lamentos inundaban las calles.

Muchas mujeres, presas del pánico, dejaron sus casas, cogieron a sus hijos  y se fueron a pasar la noche a Las Canteras, buscando refugio por si la aviación bombardeaba el pueblo.  Pensaron que sus hijos estarían a salvo en  las cuevas excavadas.

Yo tenía 6 años. Ni mi madre ni mis hermanas ni yo dormimos esa noche.

El cielo terminó cubriéndose de llamaradas. Llamaradas de la tierra al cielo. Llamaradas del cielo a la tierra. Los lloros, gritos y lamentos se oyeron toda la noche.

El año pasado se lo recordé a mis hijos para que ellos se lo dijeran a los suyos y nunca se olvide este fenómeno tan extraño.

Ellos dicen que fue una aurora boreal.

Ahora los llamaré de nuevo para que lo recuerden.


Hace setenta y siete  años el cielo ardía y España se consumía en una guerra entre hermanos.



viernes, 23 de enero de 2015

El pelo de la casada

Las nuevas generaciones se empeñan
en cambiar las costumbres de siempre.



Cinco años casados y sigue con el pelo largo.

¿No se dará cuenta mi hijo?

¿Cuándo se ha visto a una mujer casada con el pelo por la cintura? ¡Y para colmo rubia!

Cuando yo me casé tenía el pelo por la cintura. Un pelo hermosísimo. Negro como el azabache. Ondulado.

Quince días después de la boda me lo corté y me hice la permanente. Como debe ser en una mujer casada. Y ya casada… ¡no me vino la regla!  Yo creo que me quedé embarazada en la misma noche de bodas. El chico nació a los nueve meses y dos días…

¡Y mi nuera con esa melena rubia! Y ya hace más de cinco años que se casaron.

No parece una mujer casada. Debería haberse cortado el pelo hace mucho tiempo.

Si no se hace la permanente da igual, los tiempos han cambiado, puede dejarse media melena lisa, que seguro que le favorece. ¡Pero no esa melena hasta la cintura!

Tengo que decírselo a mi hijo. Pero debo hacerlo con cautela, no debo ser demasiado directa. He de aprovechar cuando tenga la ocasión y sacar la conversación.


Él no se da cuenta de estas cosas. ¡Pero para eso tiene a su madre!

domingo, 18 de enero de 2015

Relativas circunstancias

En el transcurso de nuestra vida asumimos diferentes roles 
y tenemos distintas visiones de las cosas.


¡Para cuatro duros que necesitamos! ¿Se creerán que no somos capaces de ahorrar eso y más?

El uno que no lo ha hecho con los mayores y no lo va a hacer con el pequeño.

El otro que no va a firmar por si sus tierras se las lleva el banco.

¡Estas son las ayudas de unos y de otros!

Con lo que otros padres les han dados a sus hijos. ¡Que se han quitado el bocado de la boca por ellos! Y nosotros que sólo les pedimos una firma para que nos den un préstamo de cien mil cochinas pesetas y poder comprar un buen tractor nos la niegan.

¿Qué se habrán pensado? Si con lo que ganamos en un año está devuelto.

Tendré que hablar con mi hermana… Ella no se puede negar. ¡Con lo que le he ayudado siempre!

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40 años después
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¡Si esto ya lo sabía yo! ¡Si esto ya lo sabía yo!

¡Anda que no se veía venir! ¡Si era estar por encima sus posibilidades!

¿Y ahora qué? ¿A pedirle al abuelo?

Yo no lo he educado en el despilfarro. ¡A su padre se tendría que parecer!

Ahora vendrá a que le dé lo poco que tengo. ¿Y yo con que paso mi vejez? Al saber dónde terminaré. Seguro que acabo en una residencia. ¡Mis cuartos son una reserva para mi vejez!

A mis años… Si lo mandan al paro que busque trabajo donde sea, pero como me venga a pedir a mí… 

¡Está listo!

¡Una casa de trescientos mil euros! ¡Meterse en semejante deuda para toda la vida!

A mí que no me pida. ¡Si al final va al paro y no puede pagar, que se quede la casa el banco!

¡Yo ni un chavo!

viernes, 9 de enero de 2015

En las trincheras

Dentro de de cien años nos gobernarán
hombres que sólo busquen el bien general.


Esta humedad me va a matar. Con este amanecer van ocho en los que el sol sólo es un resplandor lejano en esta maldita y densa niebla.

La trinchera es un lodazal. En este barro blando se hunde la bota y se me mete dentro dejando los pies mojados permanentemente.

¡Ocho días de niebla continua!

¿Y por qué? ¿Por qué tenemos que estar es este agujero?

El día de Noche Buena vencimos nuestros miedos y no hubo ni un disparo. Ni ellos ni nosotros. Se necesitaron pocas palabras: “¡Si tu no disparas yo no disparo!”. ¡Qué fácil fue! Pocas palabras, pronunciadas a gritos, sí, pero  sin cita previa, sin parafernalia, sin mesas de nogal, sin estilográficas Waterman, sin escribientes…

¿Y el Káiser no puede hacerlo?

Soy un patriota, nadie ama más a mi querida Alemania que yo y lucharé por ella hasta entregar la última gota de mi sangre germana… ¿Pero por qué esta guerra?

Me di la mano con más de treinta de mis enemigos. ¡Enemigos! ¿Enemigos por estar en la trinchera de en frente? ¿Enemigos por nacer en un país que habla una lengua diferente? ¡Enemigos por tener gobernantes diferentes!

Me duelen los dedos de los pies. Estoy helado. ¡Esta maldita niebla!

Ese día fumamos juntos, yo encendí mi pitillo con el cigarro de un francés. ¡Dos días sin disparos! Pudimos enterrar a nuestros muertos. Nuestros y de ellos, pero nuestros todos… ¡Servían en un bando y los mató el otro! Todos ayudamos a cavar las tumbas, no importaba el color del uniforme.

¿Y por qué hoy seguimos así? ¿Es nuestra esta guerra? ¿De quién es la guerra?

Si los soldados de uno y otro frente hablásemos esto acabaría. Volveríamos con nuestra familia. Dejaríamos atrás las trincheras, el barro, la niebla, el frío…

¿Por qué estamos aquí? Somos títeres que bailamos al son que tocan los que ganan con la guerra, aunque su país pierda. ¡Su país! ¿Les importará su país?

Y esta niebla… No deja ver las trincheras de los que dicen son nuestros enemigos.

La otra niebla, la que no se despeja jamás, no deja ver las razones de esta sinrazón. Dentro de cien  años los habitantes de la Tierra no se dejarán embaucar por este tipo de gobernantes que sangran a sus pueblos. El pueblo tendrá la educación y la formación suficiente para no dejar  que accedan al poder personajes que sólo piensen en si mismos.


¡Nací demasiado pronto y moriré joven por culpa de esta guerra! Dentro de cien años los hombres podrán y sabrán elegir a quienes los gobiernan sin dejarse engañar… Navidad de 2014… ¡Dentro de cien años!

sábado, 3 de enero de 2015

Propósito de Año Nuevo

Si algo deseamos de verdad y no nos atrevemos,
el inicio del año puede ser el momento de realizarlo.



¡Llegó el momento! ¡Año Nuevo vida nueva!

He de cumplir mis propósitos de Año Nuevo. Este año el primero que puse es “Cumplir mis propósitos”. ¿Y qué mejor momento que hoy?

Sábado, los niños de vacaciones, estamos en el pueblo, el piso para mi sola…

Llevo desde el verano queriéndolo hacer y hoy es el mejor día.

¡No lo soporto más! No soporto que me toque, no soporto que me hable, no soporto que siempre esté en posesión de la verdad…

La vida con él se ha reducido a monosílabos. En el trabajo soy feliz, con mis niños, que son unos cielos. 

Llego a casa y como deprisa para no pasar tiempo con él. Me hago la cansada para irme a la siesta, argumentando que los alumnos me chupan la energía, pero no, ellos me dan vida, el vampiro es él.

¡No puedo más! Me levanto, me ducho, me tomo un café, hago la maleta y llamo a mi hermana para que venga a por mí.

Necesito hacer lo que mi cuerpo me pide. Y lo que no me pide es dejar que me manosee, no me pide que me pase su boca babosa por mi cuerpo, no me pide dejar que sacie su deseo vaciando su asquerosa virilidad en mí.

Necesito su delicadeza, su dulzura, su calor, sus labios húmedos besándome… Sentir Sus manos suaves acariciar mi piel, sentir su olor, acariciar su pelo, sentir sus pechos en los míos mientras nos abrazamos… La necesito a ella.


¡Llegó el momento! Año Nuevo, vida nueva.